En un contexto dominado por la transformación digital y la automatización, la hiperpersonalización dejó de ser una ventaja competitiva exclusiva de bancos o fintechs, y se ha convertido en una necesidad estratégica para las cooperativas. Estas entidades, que agrupan a más de 4,4 millones de asociados en Colombia, según cifras de Fecolfin, son fundamentales para el avance de la inclusión financiera en el país y en toda América Latina.
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Durante la conmemoración del Día Internacional de las Cooperativas, expertos del sector debatieron cómo estas organizaciones pueden mantenerse relevantes frente al avance de la banca digital. La clave, afirman, está en la adopción de nuevas tecnologías que les permitan evolucionar hacia modelos financieros más adaptativos, enfocados en sectores tradicionalmente desatendidos.
En ese sentido, la hiperpersonalización financiera surge como una oportunidad. Según Mariano Sokal, cofundador y director de uFlow, empresa especializada en automatización del crédito, se trata de usar herramientas como inteligencia artificial (IA), machine learning, analítica avanzada y automatización para ofrecer productos únicos, ajustados a las necesidades específicas de cada persona. No es solo segmentar, sino crear experiencias a la medida y en tiempo real.
Un informe de Deloitte revela que el 76% de los consumidores en América Latina estaría dispuesto a cambiar de banco por una mejor experiencia digital, y el 70% espera asesoramiento financiero personalizado. Bajo esta perspectiva, las cooperativas que adopten esta tecnología podrían, por ejemplo, aprobar créditos a personas sin historial financiero formal, gracias a un análisis predictivo y automatizado, lo cual fortalece relaciones de confianza y lealtad.
Estas herramientas también permiten ofrecer créditos personalizados con mayor agilidad y menor riesgo. Los motores de decisión, capaces de procesar millones de datos —desde transacciones históricas hasta comportamiento digital y fuentes no bancarias—, son esenciales en este proceso. Como explica Sokal, esto permite a las cooperativas interpretar el contexto de cada asociado y brindar soluciones sin necesidad de infraestructura costosa ni dependencia tecnológica externa.
Además de reducir el riesgo de impago, estas soluciones permiten crear productos como microcréditos con tasas ajustadas al comportamiento del usuario o programas de fidelización personalizados.
El sector cooperativo colombiano ha demostrado una gran capacidad de adaptación. Según el Reporte Anual del Sistema Financiero Cooperativo, al cierre de 2024 existían 179 entidades, con activos por $35,67 billones y depósitos por $23,67 billones, lo que representa un crecimiento del 8,7%.
Sin embargo, persisten retos importantes: la baja adopción tecnológica, la escasa visibilidad entre los jóvenes y la creciente competencia de actores digitales. En este escenario, la hiperpersonalización se posiciona no solo como un factor diferenciador, sino como una herramienta clave para cerrar la brecha de acceso al sistema financiero en las comunidades más vulnerables.

