El jean, símbolo universal de la moda casual, es también una de las prendas con mayor huella ambiental. Lo que muchos ignoran es que su proceso de fabricación puede requerir hasta 3.781 litros de agua por unidad. Esta cifra adquiere una dimensión crítica si se considera que, para el año 2050, el 52% de la población mundial —alrededor de 2.400 millones de personas— podría enfrentar escasez severa de agua, según estimaciones globales.
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Frente a este panorama, marcas colombianas como QUEST están liderando un cambio profundo en la industria, apostando por un modelo de producción que combina innovación tecnológica y conciencia ambiental. Su propuesta se centra en el desarrollo de eco-denim, una alternativa que conserva la estética del jean tradicional, pero reduce de manera significativa su impacto ecológico.
El jean sostenible: una revolución colombiana para enfrentar la crisis hídrica
“Para nosotros, el eco-denim no es una línea más, sino una filosofía integral que atraviesa todas nuestras decisiones de diseño y producción”, afirma Nicolás Giraldo, gerente de marca de QUEST. Como parte de este enfoque, la compañía ha incorporado tecnologías como el ozono y el láser en sus procesos de lavado, eliminando el uso mensual de 40 kilómetros de lija y disminuyendo el consumo de agua de 16 vasos a solo 3 por prenda. Esto representa una reducción superior al 80% en el uso hídrico, uno de los principales desafíos de la industria textil.
Esta transformación se alinea con una tendencia creciente en los mercados globales: la moda sostenible. De acuerdo con la plataforma Lyst, las búsquedas relacionadas con esta categoría aumentaron un 75% interanual, y los jeans se mantienen entre los productos más consultados. “Hoy, los consumidores no solo quieren verse bien, también quieren sentirse bien con lo que visten. Buscan prendas con propósito”, señala Giraldo. Este cambio en las preferencias del público se ha traducido en un crecimiento del 35% en las ventas de la línea eco de QUEST durante el último año.
Además de optimizar sus propios procesos, la marca ha forjado alianzas estratégicas con proveedores como Canatiba, firma reconocida por su enfoque en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, y con lavanderías que garantizan una trazabilidad completa de cada prenda. Entre los avances tecnológicos adoptados destacan el uso de nano-burbujas, fibras recicladas, algodón BCI (Better Cotton Initiative) y tintes libres de metales pesados.
Este giro verde en la industria del denim no solo responde a exigencias del mercado, sino también a un imperativo ético y ambiental. La historia del jean, que pasó de ser un uniforme de trabajo a ícono cultural, entra ahora en una nueva etapa: la de símbolo de la sostenibilidad. Desde Colombia, propuestas como la de QUEST demuestran que es posible hacer moda con impacto positivo, sin sacrificar diseño, identidad ni responsabilidad con el planeta.