Estilo de Vida

Día de la Madre: Las mamás contemporáneas se visten sin moldes y con carácter

Tonos tierra, tejidos nobles y siluetas que privilegian la libertad corporal marcan el pulso de una moda que vuelve a lo esencial para vestir a las madres del presente, lejos del arquetipo y más cerca del estilo real.

Foto: Día de la Madre: Las mamás contemporáneas se visten sin moldes y con carácter.
Suministrada Foto: Día de la Madre: Las mamás contemporáneas se visten sin moldes y con carácter.

Lejos de los estereotipos dulzones o de la funcionalidad sin alma, emerge una nueva lectura de la maternidad en la moda. Una estética que no disfraza ni simplifica, sino que reconoce el carácter y la identidad de quienes transitan esta etapa. Ya no se trata de encajar en moldes, sino de vestirse desde la convicción y el confort, con piezas que comunican sin pedir permiso.

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Esta visión se refleja en siluetas estructuradas pero respirables, prendas que parecen sencillas pero están llenas de intención. Un look en tonos tierra, con pantalones amplios y camisas utilitarias, se transforma al cruzarse con una chaqueta de denim crudo o índigo, creando un contraste elegante y potente, sin caer en lo rígido. El resultado es una imagen serena, poderosa y sin artificios.

Día de la Madre: Una nueva maternidad se viste con libertad y personalidad

“La moda no tiene por qué disfrazar a las madres ni hacerlas invisibles”, afirma María Moreno, directora creativa de RIFLE, una de las marcas que impulsa esta propuesta para el Día de la Madre. “Queríamos diseñar pensando en mujeres que no renuncian a sí mismas. La artesanía nos dio la respuesta: no es adorno, es relato”.

Prendas como la bomber blanca de tejido perforado, que deja ver sutilmente el top básico debajo, no buscan mostrar piel, sino dejar pasar el aire y el movimiento. La comodidad no se contrapone al estilo, sino que se convierte en su centro. Las faldas largas acanaladas acompañan con fluidez; los vestidos de mesh estampado, las minifaldas combinadas con chaquetas estructuradas, y los tops tejidos o camisetas básicas, completan una propuesta que no necesita gritar para ser vista.

Los tonos arena, hueso y cobre se presentan como una paleta que no exige combinaciones complejas. Funcionan en armonía, pero también admiten el contraste: botas negras, cinturones con hebillas metálicas o gafas de marco grueso aportan fuerza sin romper el equilibrio.

La clave está en la libertad de elección. Estas prendas no dictan un uniforme, sino que abren espacio para nuevas narrativas personales. En lugar de imponer un ideal, invitan a construir desde lo propio. Como señala Moreno: “No diseñamos para transformar a nadie, sino para devolver una versión más amable, más conectada con su tiempo y con la tierra. Lo llamamos ‘soft artesanal‘: fibras naturales, siluetas fluidas, referencias al trabajo hecho a mano”.

Esta nueva estética no solo redefine lo que significa “vestirse bien”, también reformula cómo se vive la maternidad: con conciencia, presencia y voz. Cada prenda es una afirmación. Un modo de decir: “aquí estoy, así me siento, así me visto”.

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