La serie británica Adolescencia, recientemente estrenada en Netflix, ha generado un profundo impacto cultural al retratar, con crudeza y sensibilidad, las complejidades de ser joven en un mundo digitalizado. Aclamada por su formato innovador y sus interpretaciones conmovedoras, la producción ha sido reconocida por su habilidad para abordar temas urgentes como la misoginia, la manipulación digital y la construcción de identidad juvenil.
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En un contexto donde las percepciones pueden distorsionar la realidad, Adolescencia abre un espacio para la reflexión sobre las tensiones culturales y emocionales que enfrentan las nuevas generaciones. La serie se ha convertido en un punto de referencia para quienes buscan entender cómo influye el entorno digital en la salud mental y emocional de los jóvenes.
“Adolescencia”, la serie que abre un espejo a los desafíos de crecer en la era digital
Este fenómeno televisivo coincide con hallazgos recientes de Ipsos, que revelan un panorama preocupante. Solo el 33% de los encuestados califica de manera positiva los sistemas educativos de sus países, una percepción que contrasta con los resultados de pruebas estandarizadas como PISA. Además, el 63% de los Baby Boomers cree que hoy es más difícil crecer que en su época, lo que refleja una mayor empatía intergeneracional hacia los retos actuales. En este escenario, el 36% de los encuestados apoya restringir el uso de herramientas de inteligencia artificial en las escuelas, reflejando una creciente inquietud sobre el papel de la tecnología en la formación de los jóvenes.
Adolescencia no solo expone las presiones que enfrentan los adolescentes, sino que también conecta con preocupaciones globales sobre la salud integral de la juventud. Según Ipsos, en el marco del Día Mundial de la Salud Mental 2024, el 76% de los encuestados consideran que la salud física y mental son igualmente importantes. Sin embargo, persisten brechas generacionales: el 40% de las mujeres de la Generación Z afirma haber sufrido depresión recurrente, en contraste con solo el 11% de los hombres Baby Boomers.
Lejos de ofrecer respuestas definitivas, la serie invita a repensar el rol de las instituciones educativas y de la sociedad en general. Al reflejar las tensiones entre tecnología, educación y bienestar, se convierte en un llamado a construir espacios más empáticos y conscientes para el desarrollo emocional de los jóvenes en la era digital.

