El ejercicio regular es fundamental para mantener una buena salud, pero a menudo, la falta de motivación puede ser un obstáculo para comenzar esta actividad física. ¿Cómo podemos superar esta resistencia mental y encontrar la inspiración necesaria para ponernos en movimiento?
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Una forma efectiva de abordar este desafío es transformar el ejercicio en un juego emocionante. El cerebro disfruta de los desafíos y las recompensas sorpresa, por lo que puede aprovechar este aspecto para motivarse a hacer ejercicio. Por ejemplo, algunos profesionales han introducido las “bolsas sorpresa” en clases grupales de acondicionamiento físico, donde cada bolsa contiene un ejercicio y un número específico de repeticiones, creando así una experiencia única y emocionante para los participantes.
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Además, existen aplicaciones de entrenamiento como “Zombies, Run!” que combinan el ejercicio con una experiencia inmersiva similar a un videojuego. Mientras corre, recibe instrucciones de audio que le sumergen en una historia apocalíptica donde debe huir de zombies o completar misiones para sobrevivir. Esta combinación de realidad y ficción convierte el ejercicio en una aventura emocionante que le mantiene motivado en cada paso.
Otra estrategia efectiva es personalizar su rutina de ejercicio. Varios estudios han demostrado que los atletas que creen tener una rutina personalizada obtienen mejores resultados que aquellos que siguen una rutina genérica. Contratar un entrenador personal puede ser una excelente opción, ya que le proporcionará un programa de entrenamiento adaptado a sus necesidades y metas específicas.
Nuestro cerebro también es susceptible a la formación de hábitos. Puedes aprovechar este fenómeno al vincular tu rutina de ejercicio con una actividad que ya realizas automáticamente en tu día a día. Por ejemplo, si siempre toma un café por la mañana, puede establecer como hábito hacer ejercicio justo después de disfrutar de tu taza de café. Con el tiempo, su cerebro asociará estas dos actividades y le resultará más fácil cumplir con su rutina de ejercicio sin requerir una gran fuerza de voluntad.
Para aquellos que necesitan un estímulo adicional, combinar la rutina de ejercicio con algo que les encante hacer puede ser beneficioso. Establecer metas emocionales y comprometerse con ellas es una estrategia psicológica poderosa para desarrollar el hábito de hacer ejercicio. Involucrarse en eventos o competencias que le apasionen, como carreras, torneos deportivos o eventos especiales, puede proporcionarle la emoción y el sentido de propósito necesarios para mantenerse constante en su rutina de ejercicio.