En el regreso a clases, la emoción y las expectativas invade a la mayoría de niñas, niños y adolescentes. Ante el escenario de enfrentarse al primer día de escuela, algunos se preguntan sobre las nuevas lecciones que aprenderán, mientras que otros aguardan ansiosos el momento de utilizar sus materiales escolares.
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Sin embargo, es inevitable que surjan dudas acerca de cómo serán los compañeros y profesores, generando una cierta dosis de ansiedad. En un esfuerzo por hacer que el retorno sea más llevadero y hasta divertido, se comparten valiosas recomendaciones.
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En la antesala, se aconseja a los padres que reflexionen sobre sus propios sentimientos y sensaciones al retornar a clases. La manera en que gestionen este paso marcará la percepción que sus hijos tendrán respecto a la escuela. Es primordial no transmitir preocupaciones excesivas al dejar a los niños en la escuela, ya que esto podría generar en ellos una percepción de inseguridad. Por el contrario, mantener la calma y la seguridad contribuirá a infundir confianza en los pequeños.
Se advierte sobre la importancia de evitar extremos, como desayunar apresuradamente o llegar a la escuela sintiéndose presionados. Estas situaciones pueden influir negativamente en la percepción que los niños tienen de la escuela, llevándolos a verla como un problema.
Entre las recomendaciones para facilitar el retorno se destaca la importancia de involucrar a los niños en la elección de materiales escolares, visitar la escuela juntos para familiarizarse con el entorno y preparar el ambiente escolar compartiendo anécdotas positivas.
Durante el primer día de clases, se enfatiza la relevancia de despedidas normales, evitando mentir o escapar, y apoyando a los niños a sentir seguridad al enviarles objetos familiares. Además, se alienta a los padres propiciar conversaciones amenas sobre los eventos del día, sin presionar a los niños con preguntas excesivas.
Como conclusión, también se hace un llamado a la solidaridad y a la consideración de las realidades de aquellos niños que no cuentan con las mismas facilidades para estudiar, instando a ser comprensivos con ellos. Este retorno a clases se presenta no solo como un proceso educativo, sino también como una oportunidad para fomentar valores de empatía y apoyo comunitario.
