Enfrentar el diagnóstico de diabetes en un hijo puede ser abrumador para cualquier padre. Además del manejo médico, los cambios emocionales que experimenta el niño pueden plantear desafíos adicionales.
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Para entender mejor esta situación, los especialistas señalan que existen dos tipos de diabetes: la diabetes tipo 1, más común en niños y adolescentes y ocurre cuando el páncreas no produce insulina, la glucosa no entra a la célula y se queda en la sangre, elevando los valores de glucosa en el torrente sanguíneo. El tratamiento consiste en inyecciones de insulina.
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Sin embargo, esta patología provoca algunos otros síntomas como malhumor o agresividad, mucho sueño, cansancio y confusión, que quizás muchos padres desconocer. Por ese motivo, los expertos aconsejan a los padres seguir unas recomendaciones para lidiar con los cambios emocionales de sus hijos con diabetes.
Educación y Empatía. Tomarse el tiempo para comprender la diabetes y sus implicaciones es fundamental. Los padres deben educarse sobre la enfermedad y sus variaciones emocionales para poder ofrecer el apoyo adecuado.
Fomentar la comunicación. Establecer un canal abierto de comunicación es crucial. Los niños pueden sentirse abrumados por emociones como el miedo o la frustración. Los padres deben alentar a sus hijos a expresar sus sentimientos y preocupaciones sin juicio.
Involucrar al niño en su cuidado. A medida que los niños crecen, es esencial incluirlos en su propio cuidado. Enseñarles sobre la diabetes y permitirles participar en la toma de decisiones relacionadas con su salud puede empoderarlos y mejorar su bienestar emocional.
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Promover una vida saludable sin restricciones excesivas. Es fundamental equilibrar el control de la diabetes con una vida plena y activa. Los padres deben trabajar en conjunto con los profesionales de la salud para establecer pautas de alimentación y ejercicio que permitan a los niños disfrutar de una infancia normal.
Crear una red de apoyo. Conectar con otros padres que enfrentan desafíos similares puede ser invaluable. Compartir experiencias y consejos puede proporcionar un apoyo emocional vital y ayudar a los padres a sentirse menos solos en este viaje.
Celebrar logros. Reconocer y celebrar los logros, ya sean pequeños o grandes, es esencial para construir la confianza del niño. Esto puede incluir el manejo exitoso de la glucosa o simplemente enfrentar con valentía los desafíos diarios.
Vigilar la salud mental de todos. El impacto emocional de la diabetes no se limita al niño afectado. Los padres deben estar atentos a su propia salud mental y la de sus otros hijos, fomentando un entorno familiar saludable.
Flexibilidad y paciencia. La gestión de la diabetes puede ser impredecible. Los padres deben aprender a adaptarse y ser pacientes, ya que el camino puede estar lleno de altibajos.