Estilo de Vida

¡Dile NO a los labios secos o agrietados!

La sequedad en esa delicada zona es muy común y puede llegar a ser también dolorosa.

Los labios agrietados, además de afectar la apariencia, duelen. Foto: bing.com/images.

Los labios se encuentran en constante exposición al aire, al sol, a las bajas y altas temperaturas, por tanto, es común que, tanto a hombres como a mujeres, se les agrieten provocándoles dolor.

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De igual forma, lucir unos labios resecos afecta la apariencia física y puede generar inseguridad y baja autoestima a la persona que le sucede.

La causa

Según lo expuesto en el Portal Hola Doctor, “la piel se compone de tres capas: la capa externa (epidermis), la piel subyacente (dermis) y el tejido subcutáneo. Si la capa más externa de la epidermis no contiene suficiente agua, la piel perderá elasticidad y se sentirá áspera”.

Explican en el mencionado sitio web que las encargadas de prevenir la deshidratación son las glándulas sebáceas pero que en los labios podemos encontrarlas en menor cantidad, por lo que es frecuente que éstos se agrieten.

La prevención

Mantener los labios hidratados es fundamental. Foto: bing.com/images.

-Evita lamer tus labios porque la saliva los deja más secos, así que es mejor usar bálsamo labial sin sabor que tenga protector solar.

-Evita hacer contacto con alérgenos como fragancias o tintes.

-Hidrátate tomando entre 2 y 2 ½ litros de agua al día.

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Tratamiento de labios secos

Las propiedades curativas de la sábila también se aplican a los labios. Foto: bing.com/images.

Aloe vera o sábila: corta una hoja de aloe vera, ábrela por la mitad y retira el acíbar, es decir, el jugo o gel transparente en su interior. Coloca la cantidad necesaria en la zona de los labios y deja que absorba.

Leche: utiliza leche fría y distribúyela con un algodón sobre la zona afectada.

Miel: aplica directamente sobre los labios y deja que actúe durante 15 o 20 minutos. Otra opción es preparar un humectante con miel y aceite de almendra u oliva (se mezclan en cantidades iguales).

Tomate: usa un tomate frío, previamente reservado en la nevera. Córtalo en rodajas, aplícalo sobre los labios, y déjalo actuar.

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