De los múltiples proyectos de investigación que tiene la NASA en sus carpetas, hay poca información de alguno que aborde el sexo en el espacio. Astronautas que habitan en la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés) deberían estar analizando en la teoría y la práctica este fenómeno pensando en futuras misiones tripuladas lejanas.
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“Colonizar Marte” es una frase que Elon Musk repite frecuentemente cuando habla de SpaceX. Pero ¿cómo pretende hacerlo? El Confidencial publica una reseña en la que destaca la importancia del sexo tanto como actividad reproductiva del ser humano, así como la necesidad fisiológica que muchas veces marca la pauta de la conducta en personas.
En la órbita de la Tierra, justo donde se encuentra viajando la Estación Espacial Internacional, se desarrolla o registra una particularidad que no ocurre en la superficie del planeta: la microgravedad. Se conoce de proyectos de plantación, para ver el comportamiento de los vegetales sometidos a este fenómeno.
También hay investigaciones que estudian la reacción de los órganos de los astronautas en determinados periodos de tiempo sometidos a la leve atracción de masas. Pero no hay pocos detalles sobre las consecuencias de tener sexo en ambientes sometidos a la microgravedad. En el caso de los procesos de gestación o fertilidad sí hay más estudios.
El sexo en el espacio
Cinco académicos canadienses citados por El Confidencial realizaron un estudio al que titularon “The Journal Sex Research”. En el informe abordan las necesidades de plantear un programa concreto que estudie los resultados de la exploración de la sexualidad en el espacio.
“El espacio plantea importantes desafíos para la intimidad y la sexualidad humana. La vida en los hábitats espaciales durante los viajes, la exploración o el asentamiento a largo plazo puede afectar negativamente a las funciones sexuales y reproductivas de los astronautas”, reza parte de la investigación de los científicos canadienses.
“Restringir su privacidad o el acceso a las parejas íntimas, imponer protocolos de higiene y políticas de abstinencia, así como aumentar los riesgos de conflictos interpersonales o violencia sexual entre la tripulación. Todos estos factores pueden poner en peligro la salud y el bienestar de los habitantes espaciales, su correcto desempeño y el éxito de las misiones”, afirmaron.
“La intimidad sexual es vital para la salud física y mental de la mayoría de las personas”, dice el periodista Mark Hay, en una reseña del portal MIC. “Por lo que los astronautas en misiones de varios años seguramente quieran o necesiten mantener algún tipo de vida sexual mientras están en el espacio”, agrega.
Las interrogantes de una investigación sobre el sexo en el espacio pueden abordar muchos temas, sobre los que se pueden abrir varias ramas. La microgravedad cambia el flujo sanguíneo de las personas, entonces ¿podría un hombre sostener una erección de la misma forma que lo hace en la Tierra?
Es tan solo una de tantas preguntas por responder, de las que se espera que la NASA esté abordando para conocer las consecuencias fisiológicas y psicológicas de tener sexo en el espacio.
La NASA lo tiene presente
La agencia espacial estadounidense ha estudiado el tema y ha realizado experimentos en animales. La misma NASA ha impulsado proyectos que apunten específicamente hacia la actividad sexual del humano. Los psicólogos tienen un preconcepto relacionad al sexo de los astronautas, pero hay datos que todavía no se conocen.
El organismo gubernamental sí ha realizado estudios de fertilidad masculina y femenina obteniendo muestras de astronautas tanto en el espacio como en su regreso a la superficie.