Harry Potter se convirtió en una de las sagas favoritas den muchos al conquistar con su trama encantadora de un niño mago.
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Sin embargo, la historia de magia ha sido criticada por algunos religiosos tildándola de “brujería”
Es por eso que un párroco de Tennessee (centro de Estados Unidos) llevó a cabo una quema de libros de “brujería”, entre los que figuraban ejemplares de las series Harry Potter y Crepúsculo, como parte de la creciente tendencia de censura de libros en el país, de acuerdo con informaciones de medios locales.
Las supuestas influencias demoníacas que deja Harry Potter
Greg Locke, líder de la Global Vision Bible Church, fue quien encabezó el lanzamiento de los libros al fuego en Nashville, capital del estado, durante la noche del miércoles, según la publicación Nashville Scene.
“Somos plenamente conscientes de hacia dónde vamos. Traigan todo. Dejen de permitir que las influencias demoníacas entren en su casa (...) Es cien por cien brujería”, señaló Locke, conocido por su defensa de las teorías de conspiración, en las redes sociales, dijo.
— Greg Locke
El párroco aseguró que tenían derecho pleno para llevar a cabo dicha actividad.
“Tenemos un derecho constitucional y bíblico para hacer lo que vamos a hacer”, agregó.
— Greg Locke
El mismo hombre que quemó los libros ha sido recientemente bloqueado en Twitter por propagar desinformación sobre las vacunas contra la Covid-19, que califica de “agua azucarada”.
Esto se llevó a cabo en medio de las nuevas críticas que han surgido en Estados Unidos de dichos libros donde piden prohibir la enseñanza de algunos de ellos en las escuelas por motivos políticos o religiosos.
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Esta no sería la primera actividad donde se censuran algunas producciones.
En enero el condado de McMinn, censuró Maus, un famoso cómic educativo sobre el Holocausto por unanimidad de toda su dirección, argumentando que se mostraban cuerpos desnudos y se utilizaban blasfemias como “God Damn” (maldición) en nombre de Dios.
El rechazo se da a pesar de que esta historieta gráfica, ganó en 1992 el premio Pulitzer y su popularidad fue tal que fue adoptada como material didáctico por muchas escuelas en el país como herramienta para mostrar de forma accesible los horrores del Holocausto.