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Este actor de “Mi pobre angelito” se cansó del cine y ahora cultiva mandarinas en una granja

Daniel Stern: del ladrón torpe de Mi Pobre Angelito a una vida tranquila entre arte y mandarinas

Joe Pesci e Daniel Stern retornaram na sequência de 1992

Durante los años 90, Daniel Stern fue un rostro habitual en las pantallas. Su interpretación de Marv, uno de los torpes ladrones de Mi Pobre Angelito, lo convirtió en un ícono de la comedia navideña.

Sin embargo, cuando su carrera estaba en pleno auge, el actor decidió romper con el ritmo frenético de la industria.

Daniel Stern era Marv, el más tonto de los dos ladrones. Foto: 20th Century Fox

A los 68 años, vive una vida muy distinta: trabaja como escultor y administra un rancho en Ventura, California, donde cultiva mandarinas.

Este cambio rotundo generó curiosidad en redes sociales y reavivó el interés del público por su actual camino personal y profesional.


Del éxito cinematográfico a una renuncia consciente

Tras el boom de Mi Pobre Angelito en 1990, Stern participó en múltiples producciones como Viva Las Nowhere, Whip It, A Previous Engagement, Shrill y For All Mankind.

Su presencia en cine y televisión parecía asegurarle una trayectoria estable. Pero detrás de cámaras, la distancia con su familia pesaba cada vez más.

En su sitio oficial, el actor relató su decisión con total claridad: dejó de aceptar proyectos que lo obligaran a viajar constantemente. Quería estar presente en su hogar y dedicar tiempo a otras inquietudes artísticas que había postergado por años.

Ese repliegue lo llevó a reencontrarse con la escultura, disciplina que practica desde hace dos décadas y que hoy es su principal actividad creativa.

La consolidación de su faceta artística

Su evolución quedó plasmada incluso en su biografía de Instagram, donde se describe como alguien que pasó de hacer “magia cinematográfica” a “hacer arte”.

Allí muestra su trabajo escultórico ante una comunidad de cientos de miles de seguidores. En su página web desarrolla más la idea: para él, cada escultura funciona como un fotograma, un instante congelado dentro de una historia más grande.

En 2024, durante una entrevista con The New York Times, explicó su intención de que el público interactúe activamente con sus obras.

Le entusiasma ver a la gente posar, fotografiarse y dialogar con sus piezas. Sus esculturas se exhiben en California, y Stern incluso abre su estudio para visitas privadas destinadas a coleccionistas y diseñadores.

También comparte videos del proceso creativo en Instagram y TikTok, donde acumula una creciente audiencia.

Una vida sencilla entre mandarinas y proyectos personales

Lejos del glamour hollywoodense, Stern también se dedica al cultivo de mandarinas en su rancho de Ventura, donde vive junto a su esposa Laure Mattos.

Sus videos mostrando la cosecha se volvieron virales y superaron millones de reproducciones, en parte gracias a su espontaneidad frente a cámara. Uno de sus hijos lo animó asegurándole que, si al público le gusta el jugo de mandarina, también le gusta quien lo produce.

Esa frase lo motivó a mostrarse sin personajes, tal como es.En paralelo, publicó en 2024 su autobiografía Home and Alone, un recorrido íntimo por su carrera y su vida familiar.

Además, trabaja junto a su esposa en la organización Boys & Girls Clubs of America, enfocada en apoyar a niños y adolescentes.

Un adiós definitivo a Mi Pobre Angelito

Aunque recuerda con cariño su papel en la película, Stern prefiere mantenerse al margen de las celebraciones por su aniversario número 35.

Lo explicó sin rodeos: disfruta su vida en la granja y evita desplazamientos innecesarios. Una videollamada puede ser suficiente, pero los eventos presenciales ya no forman parte de su rutina.

Cada Navidad vuelve a ser tema de conversación, algo que uno de sus hijos define como ser “una superestrella de temporada”.

Stern, lejos de molestarse, abraza ese rol mientras continúa disfrutando una vida tranquila, creativa y auténtica.

       

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