En una era marcada por el consumo masivo de experiencias, Ondas propone un regreso a lo esencial: disfrutar la música en vivo sin el ruido del exceso. Este festival de ciclo —formato que distribuye su programación en varias fechas, con uno o dos artistas por noche— busca conectar al público con una experiencia más cercana, sostenible y significativa.
Con una curaduría ecléctica, diversa e incluyente, Ondas quiere ser un espacio donde cada persona pueda encontrar su frecuencia musical. Su propuesta cultural y gastronómica invita a vivir el “tardeo” y los buenos “after” en un entorno tranquilo, al aire libre y de bajo impacto ambiental.
Programación completa de Ondas 2026
El festival reunirá artistas de distintos géneros y generaciones, con una mezcla de sonidos que van del reggaetón al rock alternativo, pasando por el pop, la salsa y la música sinfónica:
- Febrero 13: Ivy Queen + Villano Antillano
- Febrero 14: The Cardigans
- Febrero 19: Arde Bogotá + Silvestre y la Naranja
- Febrero 20: Justin Quiles + Ovy on the Drums
- Febrero 21: Jerry Rivera
- Febrero 22: Encanto de Disney (Sinfónico)
Cada jornada del festival se podrá disfrutar de forma independiente o como parte de una experiencia completa para quienes deseen asistir a todos los días del ciclo.
Música, sabores y emociones sincronizadas
En Ondas, la gastronomía es parte esencial de la experiencia. Cada noche estará acompañada por una selección de bebidas y comidas diseñadas para armonizar con las emociones que despiertan los artistas en escena.La organización apuesta por convertir cada presentación en una vivencia multisensorial, inspirada en el concepto de la sinestesia musical: saborear los sonidos y escuchar los sabores.
Bogotá, reconocida por su diversidad gastronómica, se convierte así en el escenario perfecto para esta exploración de maridajes entre ritmo y gusto.
Un espacio para conectar
Más que un festival, Ondas busca crear una comunidad. No se trata de seguir tendencias, sino de afinarlas. Es un lugar donde se baila sin etiquetas, donde convergen quienes perrean, rapean o se dejan llevar por la clave caribeña, y donde también hay espacio para los más pequeños.
Su filosofía es clara: bajar el ruido y subir la frecuencia. Aquí la música se vive con intención, calidad y alma.