A propósito del mes de Halloween, TikTok y en general las redes sociales se convierten en el espacio para publicar historias, hallazgos y curiosidades frente al terror. Esta vez se trata de un video local, compartido por el usuario @angel.david.ortiz07, quien señaló que hace poco se trasladó a vivir en este sector de la ciudad, que suele tener varias casas antiguas o de patrimonio.
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En el video que publicó, Ángel registro como apagaban y prendían las luces de su apartamento, indicando que detrás de la nevera se encontraba el interruptor de la luz, mientras él estaba frente a ella, al parecer en un sillón o sofa. Ante esto, el hombre le gritó “”bueno gonorr%, ¿qué pasó?, ¡que hubo a ver!, que hubo a ver, que es la joda. Yo vivo acá ahora, respete".
Según él, estas palabras funcionaron para que el ente desapareciera por un rato, en el segundo video posteado indica que escucha como se mueve: “cuando le bajo a la música, como que se da cuenta de que estoy, no le gusta mi presencia, pero cuando hago ruido se mueve (...)”.
Posteriormente, Ángel indicó que el contexto de sus videos anteriores es que acaba de mudar a Teusaquillo y que en los últimos días ha tenido varios infortunios, como un accidente, un pie roto, un carro dañado y deudas. “Todo esto me ha hecho sentir solo y he vuelto a recaer en depresión (la sufro hace algunos años), al parecer lo que leí, estas entidades se alimentan de eso”, señaló.
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En los comentarios, a los internautas les generó gracia como Ángel gritaba, pero aplaudieron la valentía de quedarse e incluso gritarle al supuesto ente. “Por eso no hacen películas de miedo en Colombia", “Lo que pasa es que en ese apartamento hubo muerte trágica, está desorientado, ayúdale a buscar la Luz, amén por Esa alma”, “Pero toca subirle al arriendo porque con la luz no se juega, que tal!!”, son algunos de los comentarios.
¿Las entidades se alimentan de las cosas negativas que nos suceden?
Algunas personas creen que ciertas entidades, especialmente en contextos espirituales o esotéricos, pueden alimentarse de las emociones negativas que experimentamos, como el miedo, la tristeza o la ira. Desde esta perspectiva, estas entidades no solo se ven atraídas por nuestras vibraciones bajas, sino que también se fortalecen con ellas, perpetuando ciclos de sufrimiento.
Aunque no hay evidencia científica que respalde esta idea, es común en muchas culturas y tradiciones, donde se aconseja mantener una actitud positiva y trabajar en el bienestar emocional como forma de protección energética. En un sentido más simbólico, podríamos decir que aferrarse al dolor o al rencor también “alimenta” nuestros propios demonios internos.

