Pocas bandas pueden presumir de haber acompañado tantas etapas de la vida de los latinoamericanos como Los Auténticos Decadentes. Con su mezcla irreverente de rock, ska, cumbia y murga, los argentinos han construido una discografía que suena tanto en la radio como en los estadios, en las fiestas y en las despedidas. Himnos como La guitarra, Los piratas o El murguero se volvieron parte del ADN cultural de varias generaciones, canciones que no caducan y que siguen encontrando nuevas voces que las corean.
Este 2025, los Decadentes celebran tres décadas de Mi vida loca, uno de sus discos más icónicos, y lo harán en el Festival Cordillera, un escenario que se ha convertido en punto de encuentro para la música latinoamericana. Será un regreso cargado de memoria, celebración y esa energía colectiva que ha hecho de la banda un referente indiscutible del rock en español.
Gustavo “Nito” Montecchia recuerda con claridad lo que significó su primer paso por el festival y lo que promete su segundo paso por este encuentro latinoamericano: “La primera vez que tocamos en el Cordillera fue hace dos ediciones y me sorprendió mucho el ambiente. Después de nuestro show recorrimos los escenarios como si fuéramos público y lo pasamos muy bien. La gente se acercaba en buen plan, había una energía tranquila y muy especial. Me parece un festival muy completo, variado en géneros y estilos, un encuentro latinoamericano de bandas que lo hace único dentro de la región”.
El aniversario de Mi vida loca le da un peso especial a esta visita. Lanzado en 1995, el disco fue una bisagra en la carrera de los Decadentes, pues abrió las puertas de América y les permitió llegar por primera vez a Colombia en la segunda edición de Rock al Parque.
Hoy, tres décadas después, sus canciones siguen tan frescas como entonces: “Es muy loco ver que hay público que viene a nuestros conciertos a cantar Mi vida loca y ni siquiera había nacido cuando salió. Las canciones no tienen fecha de vencimiento, las seguimos tocando como si fueran de ayer, y eso es lo más lindo de la música, que no caduque”.
En ese recorrido, su música ha encontrado un lugar inesperado pero poderoso: las tribunas de fútbol. Temas como La guitarra o Los piratas se convirtieron en cantos de hinchada, apropiados por la pasión popular: “Desde el inicio de nuestra carrera, las hinchadas de fútbol adaptaron nuestras canciones. En Argentina se transformó en una tradición, le cambian la letra y alientan a sus equipos. Es increíble ver el ingenio de la gente para convertirlas en himnos, porque nuestras canciones transmiten mucho sentimiento y eso conecta perfecto con la pasión futbolero”.
Esa capacidad de resonar en distintos espacios, desde festivales, celebraciones familiares hasta los estadios, es parte de lo que explica la vigencia de Los Auténticos Decadentes. Para Nito, la música siempre encuentra nuevas formas de mantenerse viva: “La música se transmite de generación en generación: hay padres que les muestran nuestras canciones a sus hijos y viceversa. Eso mantiene vivas las melodías y las letras, y nos llena de orgullo. Es muy significativo ver cómo se renueva el público y aun así las canciones no pierden vigencia.”
En el Cordillera, el público podrá cantar junto a ellos esas canciones que ya son patrimonio de la cultura popular. Temas como La guitarra, Corazón, El murguero y Diosa son infaltables, aunque Nito adelanta que también mezclarán parte de su amplio repertorio para darle al show esa esencia festivalera que caracteriza a la banda.
A tres décadas de un disco que cambió su historia, Los Auténticos Decadentes llegan a Bogotá con la misma energía de siempre, dispuestos a seguir demostrando por qué su música ha conquistado todos los rincones de Latinoamérica, desde los escenarios más grandes hasta las tribunas más apasionadas.
Y para cerrar, siempre es bueno tener el recuerdo de lo que fue la banda en sus inicios y este es el mensaje de Gustavo para los jovenes que eligieron soñar de la mano de la música: “Si pudiera hablar con el Nito del 95 le diría que siga adelante, sin mirar atrás. Todo lo que pasó desde Mi vida loca sucedió de manera orgánica y hermosa. Descubrimos países, amigos, escenarios y nos formamos musicalmente recorriendo América. No cambiaría nada.”