La nueva temporada de MasterChef Celebrity sigue generando conversación en redes sociales, y esta vez el nombre en el centro del debate es Carolina Sabino. La actriz, recordada por su trayectoria en la televisión colombiana, reaccionó con firmeza a los comentarios negativos que ha recibido por su participación en el reality de cocina de Canal RCN.
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La polémica se desató tras la difusión de críticas sobre su comportamiento en el programa. Un comentario en particular, publicado por un usuario identificado como Paulo, encendió la chispa: “Qué falla la verdad, esa mujer podrá saber cocinar, pero como persona deja tanto que desear. Es detestable como compañera”.
Sabino no dejó pasar la ofensa y contestó de manera frontal desde su cuenta de Instagram: “Detestable leerte, Paulo. Detestable ver que un programa que uno está haciendo con honestidad y amor, lo hayan convertido en un basurero de odio…Todos los que estamos ahí somos buenos seres humanos, y se han encargado de buscar víctimas y victimarios para tener un tema en el cual descargar frustraciones y malos sentimientos”.
Más allá de la respuesta puntual, la actriz aprovechó para reflexionar sobre el ambiente digital y la violencia en redes: “Nos invitaron con la idea de hacer algo que entretenga, y ahora resulta que les dimos un camino para generar aún más violencia de la que ya tenemos”.
Su postura se suma a las experiencias de otras celebridades que han vivido episodios similares en el mismo formato, como Carla Giraldo y Carolina Acevedo, quienes también fueron blanco de ataques en temporadas anteriores.
En el más reciente episodio, emitido desde una fábrica en Sopó, un cruce de palabras entre Patricia Grisales y la propia Sabino añadió más drama al reality. Mientras Grisales compitió en equipo con Nico Montero y Aleja Ávila, Sabino se midió al reto junto a Valeria Aguilar y David Sanín, sirviendo hamburguesas y perros calientes a 30 colaboradores invitados.
Con su respuesta, Carolina Sabino no solo defendió su participación, sino que abrió de nuevo la discusión sobre los límites de la crítica en redes y la delgada línea entre la opinión y el ataque personal.