Dayro Moreno no solo es el máximo artillero histórico del fútbol colombiano, también es uno de los personajes más carismáticos y peculiares del balompié nacional. Su carrera lo ha llevado a brillar en clubes de renombre como Once Caldas, Tijuana y Atlético Nacional, además de vestir en varias ocasiones la camiseta de la Selección Colombia. Hoy, a sus 38 años, su regreso al combinado nacional tras nueve años es prueba de su vigencia y de la pasión que lo mantiene en las canchas.
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Detrás del ídolo deportivo también hay una faceta distinta, una en la que Dayro se preocupa por su estilo y su imagen. En Manizales, donde juega con Once Caldas, encuentra complicidad en Carolina García Mejía, su manicurista y amiga de confianza desde hace años y dedica cerca de seis horas a diseñar y pintar sus uñas, siempre con ideas personalizadas que reflejan la personalidad del goleador, como muchos ya lo han visto.
La rutina es tan cercana que incluso hay momentos en los que, después del almuerzo, el sueño lo vence y García lo deja descansar mientras trabaja en sus manos. Esa confianza se ha convertido en parte del ritual personal del delantero, que combina su rendimiento deportivo con una estética única que lo diferencia en el fútbol colombiano.
La reciente convocatoria a la Selección fue un motivo de alegría desbordante para Moreno, quien decidió no jugar contra Santa Fe para unirse cuanto antes al equipo nacional. Para la ocasión, además de preparar su físico, decidió renovar su imagen: se tiñó el cabello con un rubio encendido y, como es costumbre, sus uñas también tuvieran un diseño especial que lo acompañara en este nuevo capítulo con la Tricolor.

