Convertirse en monja es un proceso espiritual y personal que implica una profunda transformación interior, disciplina y compromiso con la vida religiosa. Y aunque también sea un tema de vocación, existen ciertos parámetros para poder iniciarse como monja en la fe católica.
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Tiempo de abstinencia necesario para convertirse en monja
Aunque en redes sociales se ha especulado que se necesitan entre 1 y 2 años de abstinencia para poder ser monja. La realidad, es que no existe un período de celibato previo obligatorio para iniciar el camino hacia la vida religiosa, pero sí hay etapas claramente definidas en las que se vive en castidad hasta llegar a los votos perpetuos.
¿Qué significa el celibato en la vida religiosa?
El celibato es el compromiso voluntario de no casarse ni mantener relaciones sexuales, con el fin de consagrar la vida completamente a Dios. En el caso de las monjas católicas, el celibato forma parte del voto de castidad, uno de los tres votos esenciales junto con la pobreza y la obediencia.
Este voto no se hace al comienzo del camino, sino que se asume progresivamente a lo largo de un proceso de formación que puede durar entre 6 y 9 años, dependiendo de la congregación.
Etapas para convertirse en monja
- Postulantado (6 meses a 2 años): Es una etapa de discernimiento inicial. La candidata vive en comunidad y comienza a adoptar la vida religiosa. Se espera que practique la castidad desde este momento.
- Noviciado (1 a 2 años): Es el corazón del proceso formativo. La mujer comienza a vivir más plenamente los valores de la vida consagrada y se prepara para los votos temporales.
- Votos temporales (3 a 6 años): Se realizan los primeros votos de castidad, pobreza y obediencia, pero con carácter renovable. La candidata ya vive en celibato de manera formal.
- Votos perpetuos: Al final del proceso, si la comunidad y la persona lo consideran adecuado, se emiten los votos definitivos. Desde este momento, la mujer es oficialmente una monja.