La muñeca Annabelle, cuya leyenda ha trascendido la pantalla grande como un ícono del terror y lo paranormal, volvió a ser noticia recientemente. Un video que rápidamente se viralizó en redes sociales capturó el intenso momento en que un sacerdote reaccionó al ver a la muñeca real que se ha convertido como en los objetos más temidos del mundo paranormal.
Así reaccionó sacerdote al ver a la muñeca Anabelle
En las imágenes, se observa cómo la caja de cristal que alberga a Annabelle, usualmente expuesta en el museo con una escalofriante advertencia, se encontraba cubierta por un manto negro adornado con cruces. La escena, cargada de misticismo y temor, mostró al sacerdote rociando abundantemente agua bendita sobre la caja de madera, en una aparente ceremonia de protección ante el aura que rodea al temido objeto.
El ritual no se limitó a la muñeca. El sacerdote también roció con agua bendita a las personas que se encontraban alrededor y a las personas que habían tenido contacto con la caja durante el proceso de traslado. Este acto subraya la creencia generalizada en la potente y, para muchos, maléfica energía que se asocia con Anabelle.
Muchos interpretan la bendición del sacerdote como una medida de precaución necesaria al manipular un objeto con una historia tan inquietante.
La leyenda de Anabelle se remonta a la década de 1970, cuando una estudiante de enfermería recibió la muñeca como regalo. Pronto, tanto ella como su compañera de cuarto comenzaron a experimentar sucesos extraños y aterradores que atribuyeron a la presencia de un espíritu maligno que se había adherido al juguete. Los Warren, reconocidos por sus investigaciones en casos de posesiones demoníacas, fueron llamados para intervenir y determinaron que la muñeca estaba siendo manipulada por una entidad demoníaca.
Tras una serie de incidentes perturbadores, los Warren decidieron llevarse a Anabelle a su museo, donde permaneció encerrada en una vitrina con un letrero que advertía a los visitantes de no tocarla ni molestarla. La pareja de investigadores insistió en que la muñeca en sí misma no estaba poseída, sino que servía como un conducto para una presencia demoníaca poderosa y peligrosa.
La difusión del video del sacerdote bendiciendo la caja de Anabelle ha reavivado el debate sobre la veracidad de las historias paranormales y la naturaleza de los objetos embrujados. Para los creyentes, este acto es una prueba más del peligro latente que representa la muñeca, mientras que para los escépticos, se trata de una puesta en escena para mantener viva la leyenda.
Independientemente de las interpretaciones, la imagen del sacerdote impartiendo su bendición sobre Anabelle y su entorno se ha convertido en un nuevo capítulo fascinante en la ya extensa y escalofriante historia de esta peculiar muñeca que sigue cautivando y aterrorizando a partes iguales. La incertidumbre sobre su paradero actual solo añade más misterio a su leyenda, asegurando que Anabelle continúe siendo un tema recurrente en el folclore del terror moderno.
¿Por qué sacaron a la muñeca Anabelle del museo escondido de los Warren?
El objetivo de mover a la muñeca forma parte de la promoción de la cuarta película de El conjuro. A pesar de la expectativa y gran curiosidad que ha generado en el público, el traslado de la muñeca ya comenzó a generar estragos. En su llegada a Nueva Orleans, al día siguiente se incendió una casa que data de 1950 ubicada en una de las plantaciones de la ciudad, y a los tres días, 11 prisioneros escaparon de la cárcel.
Esto ha generado angustia y supersticiones en el resto de los estados, ya que después de lo sucedido, la venta de entradas para verla ha sido reducida considerablemente.
La firme advertencia de los Warren sobre no mover a Annabelle
Ed y Lorraine Warren siempre mantuvieron una postura firme y clara sobre la muñeca Anabelle: bajo ninguna circunstancia debía ser movida de su lugar de confinamiento. Su advertencia se basaba en la creencia de que la muñeca actuaba como un faro para una entidad demoníaca, y cualquier alteración en su ubicación podría desencadenar consecuencias nefastas. Según su testimonio, la caja de cristal especialmente diseñada y bendecida, junto con los rituales periódicos de agua bendita realizados por sacerdotes, eran las únicas medidas de seguridad capaces de contener la influencia maligna asociada a Anabelle. El reciente traslado, a pesar de la bendición sacerdotal, seguramente generará inquietud entre quienes conocen la historia y la seriedad con la que los Warren abordaron este caso.

