En 2024, salió a la gran pantalla la historia real de Eunice y Rubens Paiva, quienes se vieron obligados a reconstruir su vida después de la dictadura militar en 1968 en Brasil. La historia real de esta familia, su transformación, dolores y el hecho de soportar pérdidas impuestas, ha sido galardonada en diferentes premios de cine al rededor del mundo, el más reciente, el Óscar a Mejor Película Extranjera.
Publimetro viajó hasta Madrid, España, donde en medio de los Premios Platino conversó con Rodrigo Teixeira, productor de esta película, para adentrarnos en esta dolorosa, pero necesaria película en tiempos donde la amnesia colectiva parece ser el pan de cada día.
Eunice condensa historias de mujeres latinoamericanas que han tenido que sostener hogares enteros por una pérdida impuesta. ¿Cómo construyeron a este personaje para que hablara por tantas y darle todos los matices emocionales?
Como Walter siempre habló con nosotros: Eunice es la base de la película. Si nosotros no tuviéramos una persona como Eunice, esa película jamás hubiera existido. Es una mujer que tuvo que reinventarse. Su esposo, una persona preparada, desapareció. Tuvo que reinventarse, como es el caso de muchas mujeres en el mundo, y más aún en América Latina, que ha vivido momentos muy complicados con problemas democráticos. Historias que no queremos que se repitan, y que Eunice Paiva, cuando tuvo oportunidad, luchó contra eso. Estudió, se reinventó, cuidó de cinco hijos. Muchas personas que formaron parte de esta película tuvieron situaciones similares. Por ejemplo, mi papá murió cuando yo tenía diez años, y mi madre tuvo que parar para cuidar a tres niños pequeños. Entonces, para mí, tenía un espejo en casa que era Eunice Paiva. La situación era muy diferente a la que vivía Eunice, porque su marido murió por una cuestión política. Fue un asesinato. Eunice es una persona que sobrevivió a tiempos muy complicados. Se convierte en una mujer que es madre, que es activista, que es abogada, que es una gran mujer, y siento que en cierto momento su historia podría ser olvidada, y esta película hace que su historia salga a la luz. Ahora hay reconocimiento hacia Eunice y Rubens Paiva.
La película apuesta por mostrar el dolor desde lo cotidiano. ¿Cómo fue el proceso de decidir que esa sutileza sería el lenguaje emocional de la historia?
Es curioso, es una muy buena pregunta, porque Walter Salles es un director que se inclina por el minimalismo. A él realmente le gusta lo mínimo. No hay ninguna exageración. Es una preparación. Un detalle minúsculo, pero silencioso. Pero cuando habla con el actor, nos susurra al oído. No es un grito. Él quiere que hagas mucho con poco. Cuando extraes la escena, extraes la actuación con mucha más verdad en el personaje. Así que creo que esa dirección de Walter fue muy interesante para mí como productor, porque empecé a respetar mucho a Walter como director viendo eso, porque esa es la prueba lo que está haciendo muy bien.
Muy pocas veces en mi vida, desde que hago cine en estos treinta años, he visto trabajos como ese: extrayendo para entregar.
¿Qué significa para ustedes, como creadores, poner en el centro a una mujer que vive el duelo sin permitirse quebrarse abiertamente?
Es muy impresionante. De nuevo, es gracias a las manos de Walter, pero tienes algo de Fernanda. Fernanda, para quien no la conoce, es una de las mayores actrices brasileñas de los últimos cincuenta años, pero en Brasil tiene éxito desde hace cuarenta años. A los diecinueve años ganó la Palma de Oro a la mejor actriz en Cannes. La gente no sabe mucho sobre esto. Posteriormente, es una gran actriz de teatro en Brasil. Una gran actriz de cine. Una gran actriz de televisión, pero hizo mucha comedia y no mucho drama, Entonces, cuando Fernanda llega a interpretar ese papel, y se contiene para no exagerar, entiendes el poder que tiene una actriz así. Entonces, no era algo obvio. Cuando eligieron a Fernanda para interpretar este papel, uno piensa ‘quizá haya algo exagerado ahí’, como si pudiera ser algo muy latino. No, fue una cosa muy contenida, y es gracioso porque somos parte de una comunidad iberoamericana que habla portugués. Lo cual es un poco menos exagerado que el español, y no de manera negativa. Entonces, esa parte contenida es muy brasileña, y creo que Fernanda viene de un trabajo así. Creo que esa es una de las características que trajo Fernanda a la película.
Rick Rubin ha sido un productor musical que ha estado produciendo para artistas como Johnny Cash, habla del arte de crear. Dentro de su libro menciona que la conexión entre el público y el artista permite sanar, en el caso puntual, de ustedes como productores, directores y actores de Aún estoy aquí, ¿cree que esta película puede sanar a las heridas a causa de todo ese conflicto histórico en Brasil?
Creo que esta película fue muy importante, porque Brasil estaba muy dividido. Brasil es un país que siempre ha tenido la autoestima muy alta. Y creo que esto es una metáfora, porque lo que se nos dijo a nosotros, latinoamericanos e iberoamericanos, es muy fácil de entender. Desde que Brasil sufrió una derrota en el Mundial de 2014 7-1 con Alemania, la autoestima de los brasileños se desplomó. Poco después, tuvimos un gobierno fascista muy complicado liderado por Jair Bolsonaro, y eso fue algo que dividió al país. Dividió el país en dos. Elegimos contar una historia real, que ocurrió hace cincuenta años, sin mostrar violencia explícita, sin mostrar cuál era la división política. Simplemente, mostramos algo que es universal: ¿Cómo se destruye una familia si se elimina a una persona de ella? Si se llevan a una madre o a un padre y desaparecen con él, se nos muestra que estamos dentro de una familia. La conversación no era política, era una conversación familiar. Todos tenemos familia, tengo papá, tengo mamá. Todos tenemos estas conversaciones y todos sentimos algo por los padres de alguien que desaparece. Se trataba de mostrar la intimidad de una familia, y con eso logramos que la gente de derecha, izquierda y centro entendiera el mensaje. Lo más interesante es que en Brasil mucha gente de derecha fue a ver esta película tres veces, así que creemos que esto tocó el corazón de la gente porque la gente ya no quiere eso. Puede haber desacuerdo político, pero no violencia ni antidemocracia.
¿Cree que haber convertido esta historia en la pantalla grande reivindica de algún modo la historia de Brasil?
Creo que reivindica la memoria más que cualquier otra cosa. Necesitamos recordar lo que esto representa. Tenemos que recordar y no volver a hacerlo, no volver al mismo lugar, no repetirlo. Creo que eso es lo que finalmente está sucediendo en América del Norte ahora. No necesitamos esto. Esta película es una lección para mostrar lo que se hizo mal y que no es necesario repetirlo. Es un espejo para todos. Espero que esto haga que la gente entienda el mensaje y no repita las historias. Esto es lo mejor para nosotros.
Y por supuesto, felicidades por ese Óscar…
Muchas gracias. Los Óscar son muy importantes para nosotros. Nunca nos hemos sentido tan parte de una familia latinoamericana como ahora con estos premios. Estamos muy contentos de representar a América Latina y de tener a nuestros hermanos de otros países a nuestro lado en esta victoria. Esta es una victoria del cine latinoamericano, no solo del brasileño.
