La cartagenera, Luly Bossa, recibió recientemente una bendición en medio del luto que enfrenta por el fallecimiento de su hijo Ángelo, joven por el que ella cruzó mares y ríos para brindarle los tratamientos con los que trataba de contrarrestar las dolencias en su cuerpo que le generaban la enfermedad degenerativa que padeció.
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A sus 60 años, Bossa ha consolidado una carrera llena de personajes que se han quedado en la retentiva tanto de colombianos como extranjeros, siendo parte de producciones en Caracol TV, RCN, Venevisión, y el canal estadounidense, Telemundo. Además de realizar papeles en la pantalla grande bajo la dirección de grandes directores como Dago García.
Tras aquel nueve de marzo en el que Luly le dijo adiós a su ángel, la mujer que interpretó a ‘Mercedes’ en ‘La teacher de inglés’, decidió tomar un nuevo rumbo en su carrera actoral, firmando un contrato con una nueva compañía de representantes, más específicamente convirtiéndose en parte de los talentos de Claudia Serrato Representaciones, del que también hacen parte Lina Tejeiro, Juan Pablo Llano, Tuto Patiño, entre otros.
¿Cuál era el padecimiento de Ángelo, hijo de Luly Bossa?
“Siempre serás el amor de mi vida”, fueron las palabras que hace ya un mes publicó Bossa, en su cuenta de Instagram, en donde acumula 884.000 seguidores, en una publicación en la que se observa como llena de besos a su ‘retoño’, quien padecía de Distrofia Muscular de Duchene (DMD), enfermedad degenerativa caracterizada por el debilitamiento progresivo de la masa muscular.
Cabe acotar que mediante una transmisión web la barranquillera dio a conocer como fueron los últimos instantes de vida de su hijo, los cuales describió con las siguientes palabras: “Yo no sé si él quería irse solo. (...) Él dijo “Ya vengo”, respiró y se le atravesó una flema. (...) él ya no respiraba, eso fue en cuestión de segundos. (...) Yo bajé enseguida, empezamos a hacerle resucitación, a moverlo, empezamos a subirle las piernas; yo empecé a hacerle compresiones en el pecho, a abrirle la boca y darle respiración boca a boca. (...) Las crisis respiratorias suceden en la madrugada y no había nadie, no había ambulancias, no había nada. Yo tuve que llamar a la Superintendencia de Salud”.
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