Jessica Guarín es una caleña radicada en Ecuador que con sus manualidades ha mostrado diversas formas de sorprender en las diversas épocas del año y como era de esperarse para el Día de San Valentín no fue la excepción.
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Esta vez ha aparecido con dos prototipos de regalos de San Valentín que bien pudieran ser para los más pequeños, así como para esa amistad incondicional. Uno de ellos es un carrito de dulces perfectamente decorado que hizo a partir de una caja de cartón y con el que puede gastar solo 4 mil pesos.
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Un carrito de dulces
Lo primero que hizo fue cortar cada una de las piezas con sus medidas exactas para armar la estructura rectangular en la que se compone el espacio de dulces y el techo. Cada una de las partes las pegó con silicón y reforzó con cinta adhesiva para un mejor acabado.
Para revestir cada lado usó un foami en color rojo brillante, mientras que la parte superior quiso darle un estilo de tiendita, por lo que cortó puntos de banderines en dos tonalidades para así poder intercalarlos y darle mayor dinamismo visual al pegarlas.
Por otra parte, en el área interna indicó que es más fácil pintarla por lo que escogió el color rojo y procedió hasta secarse la pintura. Seguidamente con palos de altura hizo las bases del techo mientras que las ruedas de adorno con cartones circulares que forró con foami nuevamente.
Los puntos decorativos son corazones de diferentes colores y tamaños que puede hacerlo por medio de una guía de medidas para darle dimensión a los detalles, para luego proceder a ingresar cada uno de los dulces y terminar con la manualidad.
Un pastel decorativo para guardar lo que quiera
Otra de las propuestas de Jessica Guarín es una pieza en forma de pastel que luce más que apetitoso, pero es decorativo y además para guardar cualquier cosa en la habitación.
Para ello recortó cartón para darle forma a la estructura de abajo y uno con una medida más grande para crear la tapa y así pueda cerrar. Tras pegar cada pieza con silicón procedió a pintar el interior y seguidamente a forrar con foami para darle un aspecto de lujo a la parte interna.
Elaboró con una tira de foami la cubierta de la tapa de manera ondulada para darle un estilo de crema pastelera, así como aplicar foami marrón brillante, que simula el chocolate, para marcar lo que sería la división del pastel.
Por otra parte, recortó delgadas tiras de foami en dos colores que fue uniendo como un cordón para simular el nevado del pastel. Con material reciclado de los cortes de foami ideó una lluvia de dulces de diversos tamaños y colores para darle más precisión a la parte media de la pieza.
En la parte superior hizo una especie de bolas de crema con foami blanco que tambien fue uniendo como una trenza las cuales acompañó con dos corazones rojo brillante y agregar más chispitas de colores a la parte superior.