El Stand Up Comedy poco a poco se ha tomado a Colombia desde hace un par de años, sin embargo, para hablar de comedia en el país definitivamente tenemos que enfocarnos en algunos de los nombres con más experiencia en el campo, Diego Camargo, Franko Bonilla, Ricardo Quevedo, Tato Devia y claramente Catalina Guzmán.
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Así las cosas, con más de doce años en los escenarios, ‘la Cata con botas’ llega para estrenar un nuevo espacio del Teatro Astor Plaza llamado ‘el conejo blanco’ donde además aprovecha para estrenar su nuevo show ‘Qué pasa en el cuarto piso’.
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P: Iniciemos preguntando cómo es ser mujer en un medio como la comedia que, de hecho, siempre ha sido caracterizado por ser machista, estar lleno de hombres y muchas veces hasta denigrante con las mujeres.
R: Es una pregunta bien compleja. Yo empecé hace doce años a hacer comedia y hace doce años éramos súper poquitas mujeres. Yo conté con la fortuna de estar rodeada de mis amigos comediantes, entonces, yo realmente no tuve que sufrir ese tema del machismo ni comentarios hartos, a mí en lo personal no me pasó, además, creo que tuve la actitud para hacerme respetar, ojo, eso no quiere decir que no pase; que a mí no me haya pasado no significa que no pase porque si y mucho. Creo que viene pasando a medida que van apareciendo más chicas en la escena. Cuando éramos muy poquitas éramos como algo ‘exótico’ y si además haces una buena comedia eso lo que hace es que te inviten a más espacios. Ya cuando hay un movimiento más grande de mujeres que van a los open mic, armando shows y empieza a crecer, empiezan a pasar estas cosas. Venimos de una cultura machista no solo en la comedia sino en todos los medios, a nosotras nos toca demostrar cosas que no deberían ser. Conozco a muchas chicas a las que les ha tocado afrontar situaciones así.
P: Tienes bastante experiencia en este medio, grabaste especial en Netflix, apareciste en Comedy Central. ¿Qué falta por hacer?
R: Todo jaja. Lo bonito de esta carrera es que no tiene techo, siempre hay algo más grande por hacer o por lograr. Un ejemplo claro es Antonio Sanint, que es uno de mis grandes amigos y comediantes que admiro, logró todo aquí y se fue a vivir a Nueva York para hacer comedia en inglés y volver a empezar carrera, esto es algo súper inspirador. Siempre hay posibilidad de ir más arriba.
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P: Bogotá se ha convertido en un foco nacional e internacional para los comediantes, cosa que tal vez no pasaba de cinco años hacia atrás. ¿Qué crees que pasó para que la gente empezara a consumir tanta comedia?
R: Yo creo que eso sucede desde antes, Colombia es un país al que le gusta reírse, la comedia siempre ha funcionado. Ahora está en boom el stand up comedy, pero desde antes otros géneros de comedia han tenido bastante importancia y creo que para los standuperos es chévere reconocer que venimos de esta tradición. Antes hubo trovadores, cuenta chistes, parodias, personajes con humor político, todo eso alimenta al público para que ahora quiera consumir comedia. Ha habido varios picos o fenómenos que hacen que se haga muy visible la comedia, en su momento cuando apareció Comediantes de la noche, ahora Con ánimo de ofender, y así van pasando cosas que hagan que la comedia siga siendo visible.
P: ¿Cuál es el reto con tu nuevo show ‘Qué pasa cuando llegas al cuarto piso’?
R: Amo. Amo este show porque la comedia me ha visto crecer como adulto. Hablar de la edad sin pudor ni pena es un ejercicio bonito. Hace un rato me preguntabas sobre las mujeres en la comedia y yo voy más con respecto a las mujeres con la sociedad. Esa relación un poco perversa que hay a veces y me interesa hablar de esas exigencias que nos hacen, de esa ‘juventud eterna’, de echarse cremas, ponerse fajas, inyectarse para aparentar diez años menos y eso es bastante inutil, incómodo, exigente, invasivo y nos lo imponemos junto a la sociedad.
P: La comedia es precisamente eso, hablar sobre ciertos temas personales o sociales y poder reflexionar sobre ellos por medio de la risa para poder cambiar los paradigmas…
R: Si, es lo ideal. Hay que aclarar que eso no sucede siempre. La función de la comedia es hacer algo así como una catarsis social, sin embargo, cada quien lo asume como mejor le parezca. Hay gente que siente esa responsabilidad y otra gente que no, a mí me parece que es lo interesante porque la comedia es un discurso personal, hablar de tu punto de vista de las cosas, entonces, creo que las mujeres tenemos una posición bastante jodida en la sociedad desde muchos puntos de vista y ese es uno de los ejes del material que hago.
P: ¿Qué otros espacios están gestando los comediantes para que lleguen más comediantes o un nuevo público?
R: Hay un movimiento chévere de los comediantes vieja guardia porque es que muchos chicos nuevos creen que la comedia apareció desde ‘Con ánimo de ofender’, pero no, pues hay un montón de gente que viene trabajando hace años. No más en Comedy Central hay muchos especiales de comediantes que pueden ir conociendo, hay pódcast, hay contenidos en YouTube, redes, hay un montón de espacios digitales. Ahora, también hay un espacio que tenemos nosotros como Comedia Inc. que es un Open Mic pensado para comediantes profesionales, es decir, que tienen por lo menos cinco o seis años de experiencia, que tienen shows largos, es muy chévere.
P: El stand up es un género muy de bares, aquí ya lo hemos mandado a los teatros, pero en su esencia aún hay un movimiento interesante. En ese orden de ideas ¿cómo se maneja un ‘heckler’, una persona que no deja que el show fluya?
R: Yo creo que eso es parte de la pericia que tenga el comediante. Creo que a todos nos ha tocado lidiar con eso. En Cali una vez tuve un personaje que sin ningún problema se puso a hablar por celular como si nada estuviera pasando y estaba en una de las primeras mesas del bar. Fue súper incómodo, yo traté de seguir pero no se pudo. Lo que hice fue como decirle al público ‘qué pena, es que estamos interrumpiendo al señor, porfa esperemos que termine la llamada’, dejándolo en evidencia el hombre se dio cuenta y se terminó yendo, pero cada comediante tiene la manera de hacerlo y ahí es bueno ver que hay una línea muy delgada que es ya meterse con el público. El comediante tiene una responsabilidad con el público, de tratarlo bien.
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P: Aunque hay comediantes que suelen atacarse a si mismos para más adelante tener ‘autoridad moral’ para poder tirarle a otros…
R: Eso es una falsísima premisa. Darte palo a ti no te da derecho para tirarle a nadie. A mí si me parece que es súper importante mantener el respeto y la altura en la escena, sé que hay gente que tiene esas prácticas pero me parece que al público se respeta.
P: ¿Cuándo vamos a poder verte en escena para este show y saber efectivamente qué pasa en el cuarto piso?
R: Bueno, ya llegué hace rato, de hecho este show lo quería estrenar en marzo de 2020 y justo empezó la pandemia y tocó aplazarlo un par de añitos jaja pero sigo en el cuarto piso. Empecé el 11 de marzo y estoy en ‘el conejo blanco’ que es un nuevo espacio del teatro Astor Plaza y es como un mini cabaret súper bonito, estrenando el espacio además porque a ellos también les tocó esperarse dos años para volver a abrir. Ahí voy a estar viernes y sábados hasta el 30 de abril.