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Tears for Fears “sincronizan” experiencias colectivas con el trauma personal

Su primer nuevo álbum en casi 20 años es “profundo”, aborda cuestiones acuciantes y actuales como el feminismo

Curt Smith, a la izquierda, y Roland Orzabal, de la banda Tears For Fears, posan en Los Ángeles el 19 de enero de 2022 para promover su nuevo álbum, "The Tipping Point". (Foto AP/Chris Pizzello) Curt Smith, a la izquierda, y Roland Orzabal, de la banda Tears For Fears, posan en Los Ángeles el 19 de enero de 2022 para promover su nuevo álbum, «The Tipping Point». (Foto AP/Chris Pizzello) (Chris Pizzello/Chris Pizzello/Invision/AP)

Roland Orzábal y Curt Smith -Tears for Fears- vadearon un “tortuoso proceso” hasta llegar a “The Tipping point”. Su primer nuevo álbum en casi 20 años, que se publicará este viernes, es “profundo”, aborda cuestiones acuciantes y actuales como el feminismo y “sincroniza” periodos convulsos que sacuden el mundo con el trauma personal.

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Lo último del icónico dúo británico de pop de sintetizadores tiene grabado su sello inconfundible y ahonda en algunas vivencias demoledoras, como la enfermedad, que influyen en las diez canciones del disco, alterando su “perspectiva” como artistas “de forma dramática”, según admiten en entrevista con Efe en Londres.

“Cuando te ocurre algo trágico, como la muerte, te cambia toda tu perspectiva sobre lo que estás haciendo como artista”, reconoce Orzábal, que en 2017 perdió a su primera mujer, Caroline (con quien estuvo casado 35 años), y cuya salud mental degeneró a causa de una adicción al alcohol.

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Los dos músicos se dieron cuenta de que uno de los fuertes de la formación new wave o post punk siempre ha sido “poder expresar los momentos oscuros, inseguridades, con temas sobre aislamiento, el mundo loco, el dolor”.

En esta ocasión, junto a lo personal, les marcó inevitablemente “la experiencia colectiva, lo que el resto del mundo estaba viviendo” sobre todo estos últimos años.

Abordan cuestiones universales como la pérdida, la enfermedad, el patriarcado (en Break The Man, una especie de “secuela” feminista de Woman in Chains de 1989), la pandemia, el resentimiento o las protestas del movimiento Black Lives Matter. Con ellos “sincronizan” eventos individuales, algunos con un alto “coste personal” con “lo que está atravesando todo el mundo”.

Les parece curioso, por ejemplo, que el tema “Freedom is No Small Thing” (que recuerda de alguna manera a Bob Dylan) fuera escrito a comienzos de 2020 y en él ya indagaran en la pérdida de las libertades sin prever la que se venía encima (el coronavirus).

The Tipping point, que lleva su ADN de manera inconfundible y combina un pop melódico con otros sonidos folk, guitarras acústicas, y recurre, a veces, a los sintetizadores para lograr un efecto más contundente y agresivo, “es realmente relevante para todo el mundo”, creen.

Pero antes de llegar a ese punto de entendimiento, hubo fricciones que resolver. Tensiones y desavenencias entre ellos mismos y con terceras personas implicadas en el proceso de producción.

Recuerdan que llegaron a tener listo, en 2016, un álbum con pretensiones “comerciales” y “canciones bonitas pegadizas”, por deseo de otros, que no les convenció y que no fue hasta que se sentaron a escribir “los dos solos”, sin interferencias, cuando consiguieron dar forma a su nuevo álbum.

“Hemos llegado a un punto en el que si no podemos encontrar algo con significado y profundidad sobre lo que escribir acerca de todos estos asuntos que experimentamos a nivel personal y colectivo, no deberíamos componer temas”, apunta Smith.

En este caso, el camino fue “tortuoso” y lo enderezaron al ignorar las influencias ajenas: “(crear el disco) Duró literalmente tres meses aunque nos llevó muchísimo tiempo llegar ahí”.

Las relación de ambos en el ámbito privado es de largo recorrido. Devotos confesos del psicólogo estadounidense Arthur Janov, desde sus inicios en Bath (Inglaterra), cuando eran dos adolescentes, y desde su debut en 1983 con “The Hurting”, sus letras siempre han destilado poderosas connotaciones políticas, sociales o psicológicas.

Hoy se muestran relajados, en continuo aprendizaje y “muy ilusionados” con la música. Entre 2004, cuando sacaron “Everybody Loves a Happy Ending”, hasta el lanzamiento ahora de este séptimo trabajo de estudio, tampoco estuvieron de manos cruzadas: se fueron de gira por el Reino Unido, y en 2017 sacaron Rule The World, un recopilatorio con sus mejores éxitos.

Smith y Orzábal coinciden en que siguen siendo “demasiado autocríticos” y aseguran que siempre se sorprenden cuando artistas mucho más jóvenes (Lorde, The Weeknd) los citan como referencia: “Es gratificante pero seguimos aspirando a ser mejores de lo que somos. (...) ¿De verdad que nos ven como una referencia? Nos sigue pareciendo raro”.

En sus planes de futuro no descartan tocar en España en algún momento, pero el estado convulso del mundo ha impedido concretar detalles: “Nos encantaría ir a España de gira. Durante la pandemia, y con el Brexit, ha sido difícil planear estas cosas, pero nos encantaría”.

EFE

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