La disputa legal entre Kylian Mbappé y su antiguo club, el Paris Saint-Germain (PSG), ha llegado a uno de sus momentos más importantes: un tribunal laboral en París ha determinado que el club francés debe pagarle al delantero más de 60 millones de euros por salarios y bonos que quedaron impagos al final de su contrato.
Mbappé, quien tras siete exitosos años en el PSG, donde se convirtió en el máximo goleador histórico con 256 goles, decidió no renovar su contrato y se marchó libre al Real Madrid en el verano de 2024, había demandado al club por una significativa suma de dinero que, según su versión, el PSG no le había abonado conforme a lo pactado.
Según el tribunal, el PSG debe pagarle a Mbappé aproximadamente 60,9 millones de euros, suma que incluye salarios correspondientes a los meses de abril, mayo y junio de 2024, junto con bonos contractuales que el club retuvo indebidamente. Estos pagos estaban estipulados en su contrato, y aunque el PSG intentó argumentar que Mbappé había acordado renunciar a esos bonos en virtud de un arreglo verbal para permitirle volver al equipo tras una etapa de separación en la temporada 2023-2024, el tribunal consideró que no existía un acuerdo escrito que demostrara que Mbappé renunció formalmente a esos derechos.
El PSG rechazó la demanda del jugador durante un largo periodo, alegando que existía una especie de pacto verbal con Mbappé sobre esos pagos y señalando que el delantero actuó de mala fe al ocultar su decisión de no renovar, perjudicando la planificación deportiva y financiera del club. Sin embargo, para la justicia francesa, los acuerdos contractuales escritos tienen primacía, y no se pueden obviar las cláusulas salariales y de bonificación que el futbolista había ganado legítimamente.
Además del salario básico, en la suma reclamada estaban incluidos bonos de ética y de firma, montos que suelen formar parte de los paquetes contractuales de jugadores de alto perfil como Mbappé.
La relación entre Mbappé y el club se deterioró cuando este decidió no activar la prórroga de su contrato en 2023, lo que llevó a tensiones internas, a que fuera apartado del plantel en ciertos momentos y a un clima de desconfianza hasta su salida definitiva en 2024.
Aunque el tribunal falló a favor de Mbappé en este punto y ordenó el pago, tanto el PSG como el propio jugador tienen la posibilidad de apelar la decisión, por lo cual el caso podría seguir desarrollándose en instancias superiores.
Este caso no solo es importante por la cantidad económica en disputa, sino también porque subraya que las leyes laborales y los derechos contractuales aplican en el fútbol profesional al mismo nivel que en cualquier otro sector. Incluso figuras de la talla de Mbappé tienen que recurrir a los tribunales para hacer valer pactos que, según él y su defensa, el club no cumplió.
En resumen, el fallo obliga al PSG a pagar más de 60 millones de euros en salarios y bonos impagos, tras considerar que no hubo renuncia contractual válida ni evidencia escrita que justifique la retención de ese dinero. Mientras que Mbappé celebra la decisión como una reivindicación de sus derechos laborales, el PSG prepara aún opciones legales para defender su posición.

