Si en el mundo Junior, fueron capaces de criticar al equipo cabalgando en los primeros lugares de la Liga, más ahora lo harán en medio de dos derrotas consecutivas ante equipos que se mantenían con respirador artificial, América y Santa Fé. Por eso aquel remoquete de “levanta muertos”, irrespetuoso por demás, pero para los hinchas, y algún sector de la prensa, una verdad inocultable. Dura Lex Sed Lex. No hay de otra. Que si el equipo juega mal o no, algo tuvo a favor en las 17 fechas anteriores para mantenerse entre el primer y tercer lugar. Algunos me dirán suerte, todo de carambola. Puede ser. Lo cierto es que su fútbol no encanta, y preocupa más cuando al ver la tabla de posiciones, el equipo bajó al sexto lugar, y con 31 puntos no está de un todo clasificado. Increíble pero cierto. La serie de fatídicos resultados que deben darse para que “el tiburón” quede eliminado, asusta a más de uno. Así como las matemáticas existen, la maldad también. En fin, uno nunca sabe.
Con ese panorama al frente, se ventiló en Barranquilla que la salida del técnico Alfredo Arias era inminente. Que si con Luis Fernando Suárez, años atrás pasó lo mismo y con menos ganado en el rentado local, ¿por qué con el técnico uruguayo no? Y que en el último “cónclave” se le diría al profe “muchas gracias por todo, pero no va más”. Hasta montaron algunos “sabuesos de la noticia” campamento en la casa de don Fuad, a la espera de tan anhelada información para muchos. ¡Pero se jodieron! Antonio Char, presidente del onceno rojiblanco, manifestó que, si bien preocupa la actualidad del equipo, el técnico continuaba al frente. Y luego don Fuad, el papá de los pollitos, recordó que Arias tiene contrato con el club hasta julio de 2026. ¡Recontraplop! Más nada que decir.
Ahora, hay cosas que definitivamente son muy ciertas. Por ejemplo, Arias ha movido de todo en zona defensiva, y los problemas siempre persisten. La falta de presión en el fútbol aéreo, las imprecisiones en la marca, son solo un par de puntos negativos de una lista amplia. Y arriba, ni se diga. La falta de efectividad dentro del área, cabeza fría en el último pase, entre otros aspectos, amargan la existencia de todos en Barranquilla. A estas alturas de la Liga, en 18 jornadas, este equipo debe funcionar como un relojito suizo. Sin más excusas.
Por fortuna, y lo digo sin temor a equivocarme, la fecha 19 fue aplazada por la Dimayor, y tendrá más tiempo el profesor Arias para recomponer el camino antes de enfrentar a Fortaleza en Bogotá, rival directo en zona de clasificación, y corregir los errores. Si, lo sé, ya es una frase repetida desde la primera fecha, que sabe a sancocho sin costilla, o butifarra sin limón, o bollo de yuca. Lo sé. Pero es lo que hay, y en las continuas repeticiones estará la clave para mejorar esta situación que está a punto de prender las alarmas. ¿Qué Junior se quede por fuera con 31 puntos? Ay, ¡no joda, apague y vámonos, eché!
POSDATA: Don Fuad, ¿Por qué no le toca el bolsillo a quien la embarre en defensa y al que se coma los goles arriba? De pronto, por ahí, también aprenden.

