La Asociación Deportivo Cali ha conseguido un respiro financiero que evitó su inminente liquidación, luego de que sus acreedores aprobaran el crucial acuerdo de reorganización bajo la Ley 1116 (Ley de Insolvencia Empresarial). Este hito jurídico y administrativo representa un salvavidas para una de las instituciones más tradicionales del fútbol colombiano, aunque no marca el final de su profunda crisis, sino el comienzo de un estricto período de austeridad y disciplina.
La entidad azucarera arrastra una deuda histórica que, según reportes, supera los 200 mil millones de pesos. Este pasivo se acumuló a lo largo de décadas por una gestión económica insostenible, comprometiendo no solo recursos internos, sino también el cumplimiento de obligaciones con exjugadores, cuerpo técnico, empleados, bancos y entidades gubernamentales. El impacto de esta crisis se hizo visible en las constantes inhibiciones de la FIFA para inscribir jugadores y en la dificultad operativa diaria.
El acuerdo de reorganización aprobado es, en esencia, una hoja de ruta para la supervivencia. Establece un período de gracia y un calendario de pagos extendido a más de diez años, lo que permite al club liberar inmediatamente el flujo de caja para sus operaciones esenciales. Para honrar estos compromisos a largo plazo, el plan se sustenta en dos pilares fundamentales: la generación de ingresos deportivos consistentes y, crucialmente, la monetización de activos.
El principal activo del Cali es, históricamente, su cantera. La venta de jugadores jóvenes y prometedores al fútbol internacional se convierte en la fuente de capital fresco necesaria para atender las primeras cuotas del acuerdo. Además, la directiva deberá evaluar la optimización o venta de activos no esenciales para inyectar liquidez al plan. La estricta implementación de esta reestructuración, con una gestión transparente y rigurosamente austera, será la prueba de fuego que definirá si este respiro se traduce en una verdadera y duradera salud financiera o si, por el contrario, la sombra de la liquidación regresa por incumplimiento del acuerdo.

