La particular y contundente protesta de los hinchas de Independiente de Argentina, arrojando bolsas de comida para perro al campo de juego, se produjo en el contexto de una profunda crisis deportiva del club. Este insólito hecho tuvo lugar el 24 de octubre de 2025, durante el partido pendiente contra Platense, correspondiente a la sexta fecha del Torneo Clausura.
El gesto, que rápidamente se viralizó, fue una muestra de extremo descontento y humillación hacia el plantel profesional por el mal rendimiento. El equipo de Avellaneda venía arrastrando una pésima racha, sin conseguir victorias en el torneo, lo que generó la ira y frustración de una de las hinchadas más grandes de Argentina.
La protesta se intensificó justo después de que el delantero Gabriel Ávalos abriera el marcador a favor del “Rojo”. Mientras los jugadores celebraban el gol, desde las tribunas comenzaron a llover las bolsas de alimento canino. Uno de los proyectiles incluso cayó cerca de los futbolistas. El significado era claro: los aficionados consideraban que el esfuerzo y la “actitud” mostrada por los jugadores eran comparables a los de un perro, o quizás, que su juego era de muy bajo nivel y no merecía el apoyo que habitualmente se le da a un equipo de la talla de Independiente.
La comida para perro no fue el único elemento de protesta. También se reportó el lanzamiento de réplicas de billetes, tanto argentinos como dólares, cuando los jugadores se dirigían a los vestuarios al finalizar el primer tiempo. Este segundo gesto apuntaba directamente a cuestionar los altos salarios del plantel en contraste con el paupérrimo desempeño, sugiriendo que solo jugaban por dinero.
Aunque Independiente logró su primera victoria en el torneo ese día, la protesta de los hinchas eclipsó el resultado, marcando un punto álgido en la relación entre la afición y el equipo, y recordando a otros episodios controvertidos de protestas en el fútbol argentino.

