Deportes Tolima visitó el Estadio Américo Montanini para visitar a Atlético Bucaramanga por la fecha 12 y antes que finalizara el primer tiempo se presentó un insólito hecho.
El guardameta Cristopher Fiermarin ‘se salió de los chiros’ cuando tenía el balón en sus manos, agredió a un rival y el árbitro no dudó en pitar penal.
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El enfrentamiento entre ‘Leopardos’ y ‘Pijaos’ se había desarrollado con mucha paridad, pero era Deportes Tolima el equipo que parecía más cerca de encontrar el camino hacia el gol.
No obstante, nadie se esperaba lo que sucedería cuando transcurría el minuto 43, Carlos Henao ejecutó una acción a balón parado ofensiva, pero en lugar de buscar a algún compañero que pudiera rematar en el área, intentó sorprender al arquero del Tolima, quien se mostró concentrado y bien ubicado al quedarse con el balón sin problemas en dos tiempos.
Fiermarín se levantó rápidamente e intentó habilitar a un compañero para emprender un contragolpe, pero Fáber Gil no lo iba a dejar salir con facilidad, así que le atravesó la humanidad.
La reacción del golero uruguayo fue insólita, pues no tuvo ningún inconveniente de propinarle una cachetada en la cara al hombre del Bucaramanga, quien cayó y obligó de inmediato a detener el partido.
El árbitro Alejandro Moncada no dudó en señalar el punto del penal, hecho que desató la alegría de la hinchada, pero el malestar de los futbolistas del Deportes Tolima.
Sin embargo, pese a que los jugadores ‘Pijaos’ se esforzaron en cuestionar la decisión, el juez se mantuvo firme en su decisión.
Fabián Sambueza tomó la responsabilidad de la ejecución y evitó que Cristopher Fiermarín pudiera redimirse atajando la pena máxima. Al contrario, el argentino puso a festejar a toda la hinchada presente en el estadio, a sus compañeros y al cuerpo técnico.
Aquí le presentamos la insólita jugada:
