Una de las escenas más esperanzadoras del Fútbol Profesional Colombiano a lo largo del año nos la regaló el partido entre Atlético Bucaramanga y Alianza Valledupar en plena fecha de clásicos. Allí, durante los 90 minutos, se dio un hecho que todo jugador desea tener en sus inicios, y es que el juvenil Gleyfer Medina, atacante del equipo local, ingresó en la segunda parte para cambiar la historia del juego.
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Y es que en los minutos que estuvo dentro del terreno de juego, marcó dos goles, siendo el segundo y tercero en toda su carrera como futbolista profesional, demostrando su emoción al máximo, al borde de las lágrimas, y desatando la euforia de todo el estadio, pero, en especial, de sus compañeros, quienes lo acompañaron en ambas celebraciones de forma masiva, expresándole su apoyo y alegría por la buena impresión que estaba dejando en cancha, en especial, a su entrenador Leonel Álvarez, quien seguramente empezará a tenerlo mucho más en cuenta.
Eso sí, su mayor fan estaba en la tribuna, pues su padre fue enfocado justo en el momento de la celebración de ambos goles, dejando escenas bastante emotivas por sus gestos de felicidad al ver a su hijo brillando y cumpliendo su sueño. De hecho, en el primero, fue tanta la euforia que se vio hablando por teléfono y cogiéndose la cabeza sin poder creer lo que estaba viendo, sacando risas incluso de los propios comentaristas.
Además, ya en el segundo, se le vio mucho más desbordado, en especial por la dedicatoria que le hizo su hijo desde la cancha, sellando así una actuación que jamás olvidarán y que puede representar un antes y un después en la carrera del futbolista dentro y fuera del Bucaramanga.