Uno de los títulos más importantes en la historia de Independiente Santa Fe fue la liga que le ganaron hace apenas unas horas al Deportivo Independiente Medellín en el Atanasio Girardot. Más allá de ser solo una liga, para uno de los clubes con un trofeo internacional de nuestro país, este simboliza la décima estrella y el fin de una larga sequía sin copas que tenía bajo presión a los directivos y toda la delegación de la institución, en especial, por la presión de la hinchada.
Esto mismo hizo que los condimentos para este encuentro fueran mayores, teniendo en cuenta lo que envolvió el campeonato, las críticas de la prensa y la falta de confianza que tuvo la mayoría en el equipo bogotano, pues tras el fracaso que significó la eliminación en Copa Libertadores en fase previa contra Deportes Iquique, la salida de Pablo Peirano, y algunas dolorosas derrotas en el campeonato, no había otra solución que ser campeones.
Así lo entendieron los referentes del plantel, quienes se echaron el equipo al hombro, como se suele decir de forma coloquial, para poder alcanzar el máximo objetivo, en especial aquellos por los que la hinchada siente un cariño especial dada su afinidad con los colores, su entrega en la cancha o el aporte que le han dado a la institución, siendo Hugo Rodallega, Omar Fernández Frasica y Daniel Torres los abanderados de esto.
Eso sí, aparte de ellos, los hinchas confiaron en los experimentados para poder sacar adelante la final, siendo uno de los estelares el argentino Emanuel Olivera, quien tras el título, se ganó más a los hinchas dedicándole un canto a Millonarios en medio de la celebración. Y es que justo cuando le pasaron el micrófono en el parque Simón Bolívar, el central de inmediato recitó: “Un minuto de silencio, para Millos que está muerto”.