A pesar de contar con una plantilla envidiable y un gran respaldo económico, el Junior de Barranquilla atraviesa un momento complicado en el Fútbol Profesional Colombiano. El “Tiburón”, que incluso está participando en los cuadrangulares, lleva un año y medio sin conseguir un título desde su última victoria en la liga contra el Deportivo Independiente Medellín, y parece haber perdido el camino hacia el éxito.
El principal responsable de la crisis del equipo es el entrenador venezolano César Farías. A pesar de un comienzo prometedor contra equipos fuertes, nunca logró ganarse la confianza de los seguidores. Su pobre desempeño en casa ha provocado una drástica caída en la asistencia al estadio Metropolitano, lo que refleja el descontento de la afición con la directiva, el cuerpo técnico y los jugadores.
Justo cuando los hinchas del Junior celebraban la victoria de Altafulla en “La casa de los famosos”, una noticia cayó como un jarro de agua fría: la venta de Santiago Melé. Esta inesperada partida ha generado gran preocupación entre la afición, especialmente por la incertidumbre sobre quién ocupará la portería y cómo se resolverán los problemas defensivos del equipo, que ya son bastantes.
Ahora, para colmo de males, en el juego contra el Medellín, Carlos Bacca y Deiber Caicedo resultaron lesionados y fueron retirados en camilla del estadio Metropolitano, a la espera de un reporte médico que apuntaba para lo peor. Justamente en las últimas horas se confirmó que los dos delanteros sufrieron rotura de tendón de Aquiles, una de las lesiones más complicadas del deporte y que los mantendrá lejos de los terrenos de juego por al menos 9 meses, cosa que preocupa de sobremanera, teniendo en cuenta que el delantero centro ya es de una edad considerable para poder recuperarse del todo de una complicación física que le impida mantener su ritmo.