Uno de los escándalos más grandes en el fútbol de nuestro país se dio el pasado jueves 29 de mayo, cuando la Selección Colombia por fin lanzó la lista de convocados para la fecha FIFA de junio, donde enfrentaremos a Perú en el estadio Metropolitano de Barranquilla y a Argentina en el Más Monumental de Buenos Aires, siendo dos juegos claves para volver a enderezar el camino de la tricolor después de seis partidos sin ganar.
A pesar de que el técnico argentino había dejado claro que se vendrían cambios importantes dentro del equipo para buscar conseguir el objetivo de la clasificación al mundial de una vez por todas y retomar la senda ganadora, la convocatoria sembró más dudas que aciertos, teniendo en cuenta que en gran parte es más de lo mismo, salvo la inclusión de futbolistas que, irónicamente, ni siquiera están en su mejor momento, dejando en evidencia el método del cuerpo técnico para elegir a los futbolistas que solicitan.
Uno de los escándalos más grandes fue alrededor de los porteros que se llamaron para disputar estos encuentros, teniendo en cuenta que Kevin Mier fue pedido hacía mucho y lo convocaron después de cometer errores groseros con su equipo, David Ospina no goza un presente óptimo en Atlético Nacional y Camilo Vargas que, pese a ser el titular, venía de una reciente operación de rodilla y sin ritmo de competencia, dejando en vilo al elegido para proteger el arco tricolor.
A pesar de que muchos daban por hecho el llamado de Álvaro Montero, quien se perfilaba para ser el titular, fue el gran ausente en la convocatoria, dejando a la especulación los motivos de este suceso, cosa que incrementó luego de que periodistas revelaran que desde la Federación afirman un pedido de Millonarios de no convocarlo por los cuadrangulares, mientras que en el embajador niegan esto y aseguran que fue una decisión del entrenador del combinado patrio, abriendo un nuevo escándalo deportivo.