Uno de los entrenadores colombianos más importantes es el samario Alberto Miguel Gamero, quien lleva más de dos décadas dando de que hablar en nuestro país. Y es que tras su primer gran gesta, ganando la liga con el Boyacá Chicó ante el América de Cali, sentando un precedente dentro de nuestro fútbol y poniendo al entrenador samario en el mapa, dando pasos agigantados en su carrera, en especial, en su paso por el Deportes Tolima.
En el equipo vino tinto y oro, logró quedarse con la liga más épica en la historia del club, saliendo campeón en el estadio Atanasio Girardot ante Atlético Nacional en el 2017, anotando el empate del juego en el minuto 90+3 y saliendo victorioso posteriormente desde el punto penal, además de mantenerse bastantes años en el equipo, donde le guardan un cariño grande por lo aportado antes de su paso al que fue su equipo más importante hasta hoy, Millonarios.
Y es que el famoso proceso de Alberto Gamero en el club bogotano es un hito en ambas partes. El samario obtuvo tres copas al mando del plantel albiazul, donde permaneció por más de cuatro años e hizo parte del desarrollo deportivo más grande del equipo en las últimas décadas, donde, aunque no primaron los logros, el enfoque se centró en el crecimiento de jóvenes promesas para poder potenciar la cantera y dejar ingresos importantes al equipo.
Ahora, después de estar varios meses desempleado tras su salida, parece que Gamero ya tiene nuevo trabajo en el banquillo del Deportivo Cali, que, a pesar de estar en una marcada crisis financiera y deportiva, y que la salida de Alfredo Arias tomó por sorpresa a muchos, harían el esfuerzo económico con lo poco que hay para poder sentar un proyecto a largo plazo de la mano del entrenador colombiano.
Eso sí, entre sus exigencias primarias está que se le pague todos los salarios que se les deben a los jugadores y que se eviten más problemas de este tipo, además de exigir el total control de su equipo sin intervención de los directivos.
