Dicen que la vida es como un lienzo en blanco, con la posibilidad de pintar el destino, y tal es el caso de Juan Esteban Arango, quien sufrió problemas cardiorrespiratorios desde que nació, aunque ahora, 37 años después, ya no queda ningún rastro: “Son esas historias que cuentan las mamás y las abuelas, que nací morado y no podía respirar, pero no quedaron ningunas secuelas. En el rendimiento deportivo uno vería si hay secuelas al no sentirme alguna vez bien por los problemas respiratorios, pero no”.
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Juanes, como le dicen sus amigos, aprovechó ese presente que le dio la vida, y desde muy joven, dejó claro que iba a perseguir sus sueños, sobre una bicicleta: “La decisión de ser ciclista la tomé a los 17 años, cuando tenía que salir del colegio a buscar qué hacer con mi vida. Me encantaba la bicicleta, amaba entrenar, quería ser ciclista y amaba el ciclismo”.
De todas maneras, el camino tuvo sus altibajos y durante su etapa en el colegio no pudo entrenarse de la mejor manera, pero fue fundamental el apoyo de sus padres, quienes priorizaron su felicidad por encima de cualquier duda que les pudiera surgir. “Cuando estaba en el colegio no competía mucho, no sobresalía, pero mis padres me apoyaron bastante, aunque también tenían muchas dudas porque de eso no viven muchos, así que les daba un poco de temor, pero finalmente me apoyaron”.
Aun así, Juan Esteban vio la luz al final del túnel cuando llegó a su primer equipo, antes de los 23 años y recibió réditos por su talento sobre la bicicleta: “Mi primer equipo fue categoría Sub-23 en el orgullo paisa, el equipo que tenemos en Antioquia, que tiene mucha tradición, donde todos los paisas soñamos estar cuando somos juveniles. Ahí me daban un auxilio para alimentación, y aunque no era suficiente para vivir uno solo, por lo menos no tenía que pedirle mucha plata a mi papá”.
A sus 21 años llegó su primera victoria en el campeonato nacional de ruta y fue cuando se dio cuenta realmente que estaba viviendo su sueño, aunque no imaginó la magnitud a la que llegaría: “A partir de ahí empecé a ver más el objetivo cumplido de vivir del ciclismo, más no que lo iba a lograr 20 años después o que tendría resultados a nivel internacional. Mi objetivo era estar en un equipo y ganar un sueldo para continuar por ese camino, porque si no tenía un sueldo para pagar mis responsabilidades, me tocaría trabajar e ir dejándolo poco a poco”.
Curiosamente, Arango dio sus primeros pinos y obtuvo su primera victoria en la especialidad de ruta, pero decidió decantarse por la pista: “Es parte de la proyección y lo que se le va dando a un deportista, yo siempre sobresalí mucho en la pista. Me fui encaminando hasta que la Selección Colombia me convocó en 2007 y desde eso hago parte de ella”.
Llevar un sueño a la realidad parece algo idílico y perfecto, pero conseguirlo implica sacrificios que generalmente no se ven; Juan Esteban también atravesó momentos difíciles, pero siempre tuvo la mentalidad fuerte, y por lo mismo, nunca pensó en tirar la toalla.
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De hecho, el pedalista paisa no se cambia por nadie tras darle nuevamente el cupo a Colombia en la categoría semifondo para los Juegos Olímpicos de París 2024 tras ocho años de ausencia, pese a que la Federación de Ciclismo decidiera dejarlo de suplente, por detrás de Fernando Gaviria. “No es el momento más duro de mi carrera porque la edad me ha dado madurez para aceptar muchas cosas y finalmente estoy tranquilo porque el trabajo que hice para la Selección Colombia fue con bastante responsabilidad, enfoque y entrega. Sí me siento incómodo por la polémica, pero finalmente di lo mejor de mí en todo este ciclo de preparación, así que estoy tranquilo por eso”.
Aun así, Juan Esteban no tiene muy claras las razones por las que se decantaron por Gaviria: “Yo hice todo mi trabajo, me enfoqué mucho en cómo mejorar. Ha sido un trabajo muy autónomo, incluso la inversión en la bicicleta, buscar carreras en Estados Unidos, que es donde me preparo para hacer este proceso. Es una decisión que toma un cuerpo técnico conformado por varias personas, ellos tienen sus argumentos para tomar estas decisiones”.
Arango también contó que no ha conversado con Gaviria, pero hizo hincapié en que no es necesario porque al fin y al cabo fue una decisión de la Federación: “No he tenido la oportunidad de hablar con él y finalmente no es un problema de corredores, es simplemente una decisión más técnica que cualquier cosa. Él ha sido un gran corredor para el país”.
En todo caso, Juan Esteban no baja los brazos y sigue demostrando por qué lleva más de 20 años rindiendo al máximo nivel, como un gran profesional: “Yo soy el suplente en este momento, por eso continúo preparándome en Estados Unidos, muy presto para un llamado, porque podría suceder un accidente, una enfermedad. Esto es ciclismo y cualquier cosa podría pasar”.
Por supuesto, Juan Esteban es consciente que se acerca el ocaso de su carrera, pero todavía quiere y se considera en capacidad de aumentar su legado: “Yo pensaba hace tres años retirarme este año después de la Olimpiada, pero afortunadamente he contado con la mente y las piernas para tener buen rendimiento, entonces yo creo que voy a alargar esa decisión por ahí hasta los 40″.
También sabe que lograr un cupo para los Juegos Olímpicos representa una alegría para todo el país, pero para él, tiene un significado muy especial: “Me siento muy orgulloso de este momento, haber clasificado a estas Olimpiadas después de 8 años, que Colombia no ha estado como parte del semifondo, más porque lo hice a los 37 años y derrumbé barreras que la sociedad nos impone que los deportistas a cierta edad ya no rendimos”.