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Margaret Guzmán superó la discriminación y el cáncer para soñar con que su hija le siga los pasos

Margaret Guzmán superó la discriminación y el cáncer para soñar con que su hija le siga los pasos

La palabra “madre” perfectamente podría ser sinónimo de esfuerzo, dedicación, amor o disciplina, y Margaret Guzmán es el ejemplo perfecto, pues es una la atleta que ha superado muchos obstáculos para hacer historia y guiar a su hija por el mismo camino.

En Publimetro Colombia tuvimos el honor de hablar con Margaret, quien nos contó detalles de su vida, su carrera deportiva y su hija, Valeria.

“Mis profesores nunca me excluyeron por mi discapacidad, me trataron igual que todos los demás. En mi casa tampoco dejaron que me acomplejaran. Jugando baloncesto me inicié en el deporte, pero cuando me veían y notaban que me hacía falta la mano derecha y aun así manejaba el balón a la perfección, era la sensación”.

Margaret también confesó que su llegada a la capital del país no fue sencilla, pero en el deporte encontró un bálsamo para no rendirse:

“Cuando llegué a Bogotá viví en carne propia lo que es la discriminación. Sentí que la sociedad me miraba como un problema o un cero a la izquierda y fue muy duro. Nunca me ha gustado demostrar mucho, enconces lloraba en silencio y me preguntaba qué pasa si yo soy capaz de hacer muchas cosas”.

De hecho, Margaret recordó uno de los episodios más difíciles que atravesó en su vida: no tenía trabajo y en una empresa cuyo nombre se negó a revelar, la menospreciaron con juicios despectivos:

“Llegué al último filtro, pero el tipo no vio la hoja de vida y me dijo ‘usted es mala imagen para la empresa’. Viví en carne propia la discriminación, me fui a la casa de mi hermana, la abracé y me puse a llorar mientras le contaba”.

Sin embargo, Margaret no se rindió, sino que emprendió su sueño de estudiar educación física y en segundo semestre llegó el regalo más maravilloso a su vida:

“Yo quedé en embarazo cuando iba en segundo semestre de la universidad y así barrigona yo me iba a estudiar. Al llegar a la casa, yo sabía que Valeria me escuchaba, entonces le hablaba y le decía que era hora de ir a dormir porque a la mamita le tocó un día muy duro”.

Quizás como muchas madres lo saben, Margaret tenía claro que su hija la escuchaba desde el vientre, por lo que ella considera que su relación con el deporte comenzó desde entonces. Cabe anotar que Valeria practica hockey subacuático y está a punto de viajar a Malasia para representar a nuestro país en el Mundial:

“Ella se movía mucho cuando yo estaba en clase y desde ahí yo creo que viene ese proceso con ella. Los bebés sienten lo que uno de mamá transmite”.

Un adagio popular dice que Dios le da sus peores batallas a sus mejores guerreros, y sin duda alguna, Margaret es una de ellas, pues recibió noticias médicas que a cualquiera le hubiera bajado el ánimo, pero ella respondió con una fortaleza impresionante, digna de admirar:

“El año pasado estuvimos en los Juegos Paranacionales en Armenia y yo quedé como tercera mejor lanzadora tanto de disco como en bala. Mejoré mis registros nacionales, a pesar de haber sido diagnosticada de cáncer de mama hace año y medio. Suspendí las quimioterapias, me fui calva y delgada, pero pude clasificarme a los Juegos Nacionales. Hace un mes tuve recaída, me volvió el cáncer, hace 15 días fui operada, me quitaron mi seno derecho, pero con la mejor energía.

En medio de las constantes pruebas que le ha tocado enfrentar, Margaret hizo hincapié en que el deporte le ha servido como terapia contra las pruebas:

“Por mi cabeza nunca se ha pasado dejar el deporte. Me aferré tanto que era mi medicina, mi calmante, mi diversión y mi vida de colores. Se me olvidaba que estaba enferma cuando iba a competencias. Veo el deporte como una segunda vida para mí”.

Aun así, para Margaret hay algo mucho más importante que el deporte y es su hija Valeria, hacerla sentir orgullosa y verla cumplir todos sus sueños:

“Para mí lo más importante es que mi hija se sienta orgullosa de su mamá y estamos luchando porque la queremos ver lucirse en el Mundial de Malasia”.

La deportista halagó el carácter de su hija y dejó claro que merece las mejores cosas que le puedan pasar en la vida:

“Ella tuvo que pasar este proceso recién cumplidos los 15 años y yo digo que hablo con una mujercita, porque tiene una madurez, carácter, también lo formó estando conmigo en ese proceso. Le he dicho que nunca le baje la cabeza a nadie ni que se diga a si misma que no puede. Todo lo que está pasando ahora es porque está demostrando lo capaz que es”.

Por su parte, Valeria también tuvo tiempo de contarnos sobre Margaret, quien no solamente es su mamá, sino su ejemplo a seguir:

“Con palabras no puedo explicar lo orgullosa que me siento de mi mamá porque es un gran ejemplo. Pasamos todo este proceso juntas y ella es muy fuerte. Me gustaría ser más como ella porque es increíble. La admiro mucho porque es mi motivación en el deporte, yo veo cómo se esfuerza todos los días, entrena, trabaja. La admiro como deportista, como mamá, como persona y como ser humano”.

Ahora Margaret está a punto de cumplir dos años en el Instituto Distrital de Recreación y Deporte, siendo la única persona en todo el programa en condición de discapacidad en la localidad de Ciudad Bolívar, hecho que le ha permitido demostrar que no es más ni menos que otras personas.

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