Jan Kuchta y Roman Vales son los principales de una jugada que divide las opiniones en lo que para unos es el penal más ingenuo de la historia, producto de la viveza del rival y para otros es el aprovechamiento de la trampa en lo que consideran antideportivo.
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La inusual escena se dio en el fútbol de República Checa, en la victoria de Sparta Praha 2-1 ante Bohemians en la fase final del campeonato.
El líder del torneo (77 puntos) se terminó imponiendo con los goles de Ladislav Krejčí (68′ P) y Jan Kuchta (85′), mientras que la visita, que quedó en el quinto puesto (49 puntos) se había puesto en ventaja gracias al tanto de Adam Jánoš (58′).
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¿El penal más ingenuo de todos o un acto antideportivo?
Precisamente la jugada de la polémica llegó sobre el minuto 66 cuando el atacante Jan Kuchta quedó dolido en el corazón del área rival, pero el árbitro ordenó jugar con normalidad.
En ese momento, el portero del Bohemians, Roman Vales, puso el balón en el suelo para despejar, mientras se percataba que su rival no estuviera lesionado de gravedad. Incluso lo miró y le señaló al árbitro que esperaba por su colega.
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Lo que no esperaba era que ese rival que él miró con ojos de protección, se levantó cojeando y de repente se alentó para correr por el balón. Los defensas, compañeros de Vales, se cansaron de hacer señas que no valieron de nada. Cuando el portero reaccionó, ya Kuchta había ganado el balón y lo terminó barriendo en un claro penal.
El árbitro sancionó la infracción, amonestó al arquero y al cobro vino Krejčí que puso el 1-1 parcial.
La jugada ha dejado opiniones divididas entre si fue una viveza o una especie de trampa al engañar al rival.
