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Real Cartagena, una década sin estar en la A

Se cumplen diez años desde que el Real Cartagena descendió a la segunda división del fútbol colombiano. Entre los hinchas, la afición y la ciudad, solo hay desazón y pesimismo.

Foto de primertiempo.co
Real Cartagena, subcampeón en 2005

Es domingo por la tarde, ves a las personas por la calle con camisetas amarillas que tienen detalles verdes, los que aún no tienen la suya la compran en locales o la ‘regatean’ con algún vendedor ambulante, puedes oír las vuvuzelas a lo lejos acompañadas del grito a una sola voz: ¡vamos, Real! Todos en dirección a la Villa Olímpica, horas antes de que empiece el encuentro para evitar las largas filas y asegurar los asientos en donde no pegue tan fuerte el sol en el Estadio Jaime Morón. Los que no pueden estar en el recinto se alojan en tiendas cercanas o en la comodidad de su casa, prenden el televisor y esperan el pitazo inicial. La gente disfruta el espectáculo brindado por su equipo y algún rival tradicional del fútbol colombiano que estuviera en condición de visitante, luego del partido, esperar que no hubieran altercados entre hinchadas y prepararse para el lunes, pues toca ‘camellar’.

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Así solían ser los fines de semana en la ciudad de Cartagena cuando el equipo de fútbol profesional, Real Cartagena, competía en la máxima categoría del balompié colombiano, sin embargo, desde hace 10 años los fanáticos cartageneros no solo no han podido ver su regreso a la primera división, tampoco han vuelto ver a su equipo clasificar a una final desde el 3 de diciembre del 2008, cuando ganaron la final de la B obteniendo el tercer ascenso de su historia.

Real Cartagena es un club en la lista de los llamados ‘Equipos Tradicionales’ de la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor), y cómo no serlo, su primera aparición data de enero de 1971, cuando el Atlético Bucaramanga, debido a problemas financieros, le renta su ficha deportiva a la ciudad heroica, tomando así sus jugadores y uniformes, estampando las palabras ‘Real Cartagena’ en color verde sobre el suéter amarillo del conjunto leopardo, jugando todo ese año bajo ese nombre, para regresar a Bucaramanga el año siguiente.

La fundación oficial del equipo llegaría hasta 20 años después, en 1992, y durante sus primeras dos décadas el club fue bastante regular, dejándole varias alegrías a la ciudad, incluso siendo protagonista en la pelea del título en algunas ocasiones. No obstante, desde aquel 4 de noviembre de 2012, el equipo no ha sabido levantar cabeza, haciendo que temporada tras temporada la hinchada confíe menos, y la esperanza de un posible ascenso se vea cada vez más lejos.

La caída irrecuperable

Comienza el año 2012, un nuevo inicio de temporada que daría lugar a la edición #75 de la Categoría Primera A del fútbol profesional colombiano. El sueño de los, en ese entonces, 18 equipos arrancaría el 27 de enero con el partido entre el recién ascendido Patriotas, recibiendo la visita del Deportes Tolima. Todo parecía indicar que sería otro año de buen fútbol en el país. No obstante, las alarmas estaban encendidas en la hinchada auriverde, ya que con el formato de ‘Tabla de Descenso’, que suma los puntos obtenidos por los equipos en las dos últimas temporadas, más los que se consigan en la actual, Real Cartagena se encontraba último en el descenso directo.

A pesar de que el equipo terminó el 2011 en la casilla 13 de dicha tabla, al realizarse el ‘borrón y cuenta nueva’ perdería los puntos obtenidos de su buena campaña en el 2009, lo que lo dejó en la zona peligrosa con 85 puntos, a 4 de igualar a sus contendientes: Cúcuta Deportivo, así como los ascendidos Pasto y Patriotas. El objetivo de mantenerse en primera parecía algo posible para los heroicos, sin embargo, no es lo mismo lo que se ve ‘en el papel’ que lo que se hace en la cancha.

Tras finalizar el primer semestre, Real Cartagena quedó fuera de la ‘fiesta de los 8′, al ocupar el puesto 14, tras conseguir 20 puntos en 18 fechas. El equipo no convencía mucho a la gente con su juego difuso y su campaña tan irregular, con solo 4 victorias y 8 empates; además de eso, los problemas administrativos e incumplimiento de pagos con los jugadores, no le daban mucha tranquilidad a la hinchada. A pesar de eso, se cumpliría a medias el objetivo para el fin de temporada, pues ya no se encontraban en zona de descenso directo sino que estaban en la serie de promoción, estando a 5 puntos del Cúcuta al que venció a domicilio por la mínima diferencia, pero sus otros contendientes ya se habían alejado demasiado.

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Ya que el equipo mostraba constantemente irregularidad, se decidió cambiar de director técnico, despidiendo al argentino Mario Vanemerak para que tomara el mando Germán ‘Basílico’ González. El bogotano llega a la institución auriverde el 30 de abril en compañía de un viejo conocido del club, como lo era Hubert Bodhert, para que sea su asistente técnico. González se encargó de dirigir a Real Cartagena ese último tramo del primer semestre, además de mantener el cargo en la segunda mitad con el objetivo de sacar definitivamente a los auriverdes de la ‘zona roja’. No obstante, el comienzo tan fatal en el Torneo Finalización, al tener 4 derrotas en 5 partidos, volvieron a meter al Cartagena en el descenso directo, concretaron la salida de otro entrenador en 4 meses. Bodhert sería quien terminaría la campaña con el equipo para intentar lograr lo que parecía imposible.

Jornada tras jornada el equipo solo sumaría derrota tras derrota, acumulando cinco jornadas consecutivas perdiendo, siendo la tercera de esa racha la más dolorosa al caer 1-0 en condición de local frente a su rival directo, Cúcuta Deportivo. Estadio lleno ese 16 de septiembre que buscaba alentar, avivar una llama de esperanza para mantener la ilusión de salvarse del descenso, pero lo único que se llevaron fue una inmensa tristeza que los haría dejar de creer. De poco sirvieron las victorias frente Santa Fe y Deportes Quindío en casa, pues el futuro se veía poco alentador.

Real Cartagena se jugaba sus últimos cartuchos de fe al tener que ganarle a Equidad de local y a Atlético Nacional en Medellín; además de esperar a que Cúcuta perdiera las dos últimas jornadas. Así fue como el 4 de noviembre, en el Estadio Jaime Morón, a las 3:15 de la tarde, los auriverdes buscaban el milagro frente a un cuadro ‘asegurador’ ya clasificado a los 8. Allí estuvieron dos mil hinchas que aún creían en lograr la hazaña, sin embargo, nada más lejos de la realidad. A los 42′, un tiro de media distancia por parte de Fredy Hinestroza, abriría la cuenta para los capitalinos, durante el entretiempo ya había gente abandonando el estadio para no ver de frente cómo su equipo perdía. Como si fuera cosa del destino, en una jugada de desesperación por parte de los locales, al minuto 73 cometerían un penalti a la vez que los ‘motilones’ marcaban para ponerse 1-0 y asegurarse que no descenderían directamente. El disparo desde los 12 pasos se concretó sellando el 2-0 final, para que los heroicos comenzaran a jugar en la Primera B desde el próximo año, 2013.

“Fue una tarde muy amarga, pero también es cierto que uno sabe como entrenador cuándo su equipo está y cuándo no está. El equipo no estaba, eran muy pocas las posibilidades que tenía y futbolísticamente no se pudo encontrar un grupo fuerte, un grupo competitivo. La verdad no era el tiempo, no era el momento, fue muy triste, es una situación que nadie quiere vivir. Uno como nativo, que siempre quiere estar arriba y que vivió cosas importantes, le queda la frustración. Cuando me fui dejo al equipo con un superávit de 23 o de 24 puntos de diferencia al descenso, y todos sus ahorros se perdieron, hasta llegar a la B, que fue inevitable”, contó Hubert Bodhert, director técnico del equipo en ese entonces.

El equipo cae a segunda división con problemas económicos, ya que al descender se perdió toda la inversión hecha por los patrocinadores, incluyendo a la Alcaldía de la ciudad, que en esos años gobernaba Campo Elías Terán, que le dio inyecciones económicas para intentar evitar el descenso. La voz de la hinchada en ese momento fue escuchada, pues tras el fracaso pasó lo que tanto pedían, la renuncia de Rodrigo Rendón como presidente del Cartagena. Con esto se tenía esperanza de obtener el ascenso en los años siguientes, pero los seguidores siguen esperando a que esto ocurra.

Inicios del equipo

Antes de aquel fatídico día para la hinchada auriverde, el equipo Real Cartagena pasó por los mejores años de su historia. Antes de su fundación, la Cartagena de esos años no era tan apegada al fútbol, la gente estaba acostumbrada a ir a las plazas de toros, ir a los estadios de béisbol o estar en los gimnasios para disfrutar un buen duelo de boxeo. A pesar de que se encontraba el llamado para esos días, estadio Pedro de Heredia, poco o nada le importaba a la ciudad el fútbol. Para esos inicios de los años 90, los únicos momentos en la que la ciudad se ‘pintaba’ de amarillo, era para alentar a la selección Colombia, que justo en ese inicio de década lograba su mejor participación en la Copa del Mundo. Hay varias versiones para saber el momento exacto en que la ‘fiebre futbolística’ invadió a la ciudad heroica, quizás la buena presentación del seleccionado nacional ayudó, pero lo más conocido es que cuando en 1991, veinte años después de tener un equipo profesional en la ciudad, el Unión Magdalena, por problemas con su hinchada, decidió mover su localía al ‘Corralito de piedra’.

El anuncio inquietó a la ciudad, un deporte diferente que podían disfrutar, la curiosidad y ganas de ver fútbol profesional se apoderaron de la gente. El partido que traería de vuelta al balompié fue nada más y nada menos que contra Millonarios, el cual se programó para disputarse a las 2 p.m. Ese 7 de agosto del año 91 el estadio estaba a reventar, la gente a los alrededores expectante de saber qué es lo que sucedería, incluso personas subieron a la corona de la Plaza de Toros para no perderse ese ansiado debut frente a los capitalinos. Se sabe que hubo alrededor de 22 mil personas en esa tarde, y todas disfrutaron el espectáculo, tanto así que empezaron a llamar a los samarios ‘Unión La Cartagena’, alentándolos los 90 minutos de ese encuentro que acabaría en un gol para cada bando.

Este sería el inicio de la relación entre cartageneros y el fútbol, tras ver el gran éxito de esa adopción por el equipo de Santa Marta, al año siguiente, en 1992, unos empresarios tomarían la iniciativa de darle un club propio a la ciudad ‘fantástica’. Luego de comprarle la ficha deportiva al Sporting Barranquilla, que había quedado en bancarrota, era oficial, Cartagena contaba con equipo profesional, y no solo eso, ya sea por la magia del dinero o por evitar largos papeleos, el equipo iniciaba en primera división sin necesidad de jugar ascenso. El 2 de febrero quedó inmortalizado como el día que Real Cartagena es afiliado a la Dimayor. Al igual que el año anterior, el debut del equipo tuvo un ambiente espectacular. El Pedro de Heredia en un tono amarillo, los contantes gritos de ‘vamos, Real’ no se dejaban de escuchar. Para la mala fortuna de las 15 mil personas que estuvieron en el encuentro, vieron cómo el equipo que alentaban sin parar en ese mismo estadio -Unión Magdalena- derrotaría a su propio equipo 1-0.

A pesar de contar con futuros referentes del fútbol colombiano, como lo fueron Oswaldo Mackenzie o Faryd Mondragón, Real Cartagena haría una terrible campaña, quedando último en tal tabla con 29 puntos en 46 partidos, sufriendo el primer descenso de su historia. No obstante, ese sentimiento de pasión y gozo por el fútbol ya había sido sembrado.

Luego de eso, el novato equipo de Real Cartagena estaría en la segunda división por 7 años, en los cuales volvió a predominar el gusto en la ciudad por el béisbol, sin embargo, los cartageneros apoyaban al equipo los fines de semana. Los domingos por la tarde era la hora del fútbol, ya sea unos amigos, yendo en familia o simplemente unos hermanos; la gente se ponía una camiseta amarilla, compraban una vuvuzela y entraban a alentar al equipo los 90 minutos de partido.

La mejor época

El 29 de noviembre de 1999 sería un día que muchos hinchas auriverdes quizás pasen por alto, pero ese sería el comienzo del periodo de tiempo más significativo en la historia del club, ese día el conjunto cartagenero conseguiría el primer ascenso en su historia. Comenzó el nuevo milenio, así como un nuevo tramo para los heroicos en la primera división del fútbol colombiano. Sinceramente, el equipo no tenía un juego gustoso en ese entonces, pero fue significativo para muchos hinchas y una nueva generación de seguidores el poder ver al Real Cartagena competir con equipos de primera luego de 7 años.

Después de jugar en la A por 3 años consecutivos, el equipo del ‘Corralito de piedra’ en el 2002, descendería por segunda vez en su historia. Las sensaciones en la ciudad fueron buenas, la hinchada se encontraba triste por perder la categoría pero tenía esperanzas de volver a primera división. Así fue como para ese entonces, la familia Rendón iniciaría un nuevo proyecto comandado por Hernán Darío Herrera, a la vez que formaría un convenio con el América de Cali para pulir a sus canteranos.

Luego de un año preparando la nueva faceta del equipo, en el 2004, ya se notaban los resultados. Teniendo de figuras a Omar Adrián Gil, Yovanny Arrechea, Fram Pacheco, Carlos Valdés, entre algunos otros; Real Cartagena haría una campaña impecable, y en las rondas finales protagonizaría uno de los partidos más recordados, ya sea por la alegría o lo polémico, que han existido en el fútbol colombiano.

27 de noviembre, última fecha del cuadrangular B, los heroicos se encontraban en Valledupar ganando 1-0 al minuto 80′, por su parte, Cúcuta Deportivo le iba ganando 3-1 a Alianza Petrolera, clasificando a la final. Si el equipo auriverde quería disputar esa final de ascenso, necesitaba al menos 2 goles más. La gente estaba inquieta, sudando, comiéndose las uñas, veían el cronómetro avanzar y que su equipo se encontraba tan cerca pero tan lejos del tan ansiado objetivo. A falta de cinco minutos reglamentarios, los heroicos harían lo que parecía imposible, marcando 3 goles, y aprovechando el tiempo suplementario y la moral baja del rival, anotarían otro gol para el 5-0 final. El júbilo en la ciudad fue sin igual, un equipo que ‘metió huevos’ hasta el final logrando una hazaña impensada.

Su último paso antes de volver a la máxima categoría fue el Deportivo Antioquia. La gente se veía como claros favoritos, y así fue. A pesar de perder 1-0 en el partido de ida, luego de ganar 3-0 en condición de local, la serie quedó definida, la hinchada estaba feliz de saber que volverían a la A para el año 2005, año que, sin que muchos lo esperaran, sería el más glorioso en la historia del club.

Después de dos años jugando en segunda división, el equipo volvería a disputar un partido en la máxima categoría el 13 de febrero del año 2005, no obstante, la hinchada tuvo que esperar un poco más para verlos jugar en su estadio el 16 de febrero. Aquel día, los heroicos jugaron contra el siempre favorito Atlético Nacional, los recién ascendidos entenderían el nivel de jugar en primera división al firmar la derrota 1-3 frente a su gente. A pesar de que en ese momento sería la segunda derrota consecutiva, ya que la primera fecha perderían 1-0 contra Once Caldas en Manizales, los hinchas se encontraban tranquilos, conocían el calendario, y en esas circunstancias y con esos rivales, los partidos eran ‘perdibles’, el principal objetivo era no descender.

El equipo le respondió de gran manera a la afición, al finalizar el primer semestre conseguirían 24 puntos en 18 partidos, ganando 7 encuentros, de los cuales se destaca la victoria en condición de visitante frente a Unión Magdalena, que era un rival directo en el tema de mantener la categoría, además de una contundente victoria 3-1 en contra de Junior de Barranquilla por la fecha 13. Gracias a esta discreta campaña, el conjunto auriverde pasaría la pausa de mitad de año tranquilo, alejado por 4 puntos de su perseguidor en el descenso.

Aquel segundo semestre fue inolvidable para los seguidores cartageneros, ya que el equipo haría lo que, sin lugar a dudas, sería la mejor campaña de su historia. El inicio del torneo fue tan solo un indicio de lo que sucedería después, Real Cartagena comenzaría el campeonato manteniendo un invicto durante las seis primeras jornadas, además, buenos resultados de visitante: Atlético Nacional (1-1), Deportivo Cali (2-2) y Junior (0-0), así como grandes victorias de local contra: Once Caldas (3-0), Bucaramanga (3-0), Millonarios (3-1), América de Cali (2-1) y frente a su rival por el descenso Unión Magdalena (2-1), daría como resultado la clasificación en el grupo de los 8, ocupando la 6ta casilla con 29 puntos y una diferencia de gol de +7. A pesar de haber perdido la última fecha en Bogotá contra Independiente Santa Fe, la buena campaña hecha por los heroicos les aseguraría disputar la próxima fase del campeonato en busca de ‘la estrella de navidad’.

Tras realizarse el sorteo, Real Cartagena quedó en el grupo B junto a Deportivo Pereira, Independiente Medellín e Independiente Santa Fe. El cuadrangular se vivió de forma muy cardiaca, cada partido se sentía como una final en la que detalles muy mínimos definían los encuentros. Luego de disputarse 5 jornadas, todo quedaría muy abierto para la última fecha, en aquel momento Santa Fe era líder con 8 puntos, seguido de los paisas y costeños igualados con 7, dejando a los ‘matecañas’ como coleros con 6 unidades. El equipo cartagenero recibiría al líder, mientras Deportivo Pereira haría lo mismo frente a los ‘poderosos’ de la montaña.

El 11 de diciembre del año 2005, el Estadio Olímpico Jaime Morón se vestiría para la ocasión, se estaba jugando un pase a la final del fútbol profesional colombiano, con más de 15 mil hinchas en el estadio y otros cuantos miles con boleta en mano esperando entrar, todas las plazas, tiendas y hogares viendo el partido, los que no podían verlo lo escuchaban por radio; toda la ciudad se encontraba atenta de lo que podría ser la primera disputa por el título en la historia del club.

Los primeros 45 minutos fueron bastante parejos, los equipos intentaban pero no concretaban, los goles se hicieron esperar para la segunda mitad, y nada más empezar, al 47′ llegaría el tanto que abriría el marcador. Ese día, Real Cartagena estaba concentrado como nunca, al minuto 80′ iba ganando 3-0, sin embargo, no era suficiente, ya que Medellín hacía lo propio frente a Pereira 4-2, teniendo así la misma diferencia de gol (+2) pero con más tantos anotados en el grupo. A pesar de esto, la gente estaba contenta con el espectáculo que le dio su equipo en casa, además, el objetivo era mantener la categoría, no tenían queja alguna, no obstante, hasta que el árbitro no marque el fin del encuentro todo puede pasar. Al minuto 90′, Santa Fe haría un penal que marcaría la tensión del ambiente. La afición se encontraba expectante, muchos saltando para que vibrara el estadio mientras se gritaba en una única voz ‘¡vamos, Real!’, solo esperaban a que se concretara el disparo para poder liberar toda su emoción. El encargado de tal responsabilidad fue Luis Omar Valencia, luego de los 12 pasos más tensos que han vivido los hinchas auriverdes, concretó el penalti con un derechazo que engañó al guardameta, inmediatamente después, se indicaría el fin del partido. La gente gritaba, otros saltaban, de la emoción hubo gente que cayó de sus asientos, hinchas invadieron el campo de juego y toda la ciudad se encontraba en un júbilo por la hazaña de su equipo.

Ese día fue una fiesta inmensa, y tan solo cuatro días después, el 14 de diciembre, la hinchada se volvería a reunir en su plaza para alentar al Real Cartagena en la primera final de su historia. A pesar de ser un miércoles, el ambiente fue espectacular, todas las camisetas del club se vendieron, los sonidos de las vuvuzelas resonaban en todo el sector de la Villa Olímpica, tanto dentro como fuera del estadio el apoyo se hizo notar. Lamentablemente, para los cartageneros, el favorito Deportivo Cali, por su historia y costo en nómina, se impuso 2-0. En el partido de vuelta, jugado en el Pascual Guerrero, los caleños sellaron su 8vo título de liga tras ganar nuevamente 1-0. Aunque se perdieron ambos partidos, la afición estaba muy orgullosa de aquel equipo, ya que al iniciar el año, viendo dos derrotas consecutivas, nunca se imaginaron que diez meses después estarían alentando a su club en la final del fútbol colombiano.

“Creo que la expectativa para el hincha no era muy grande, el segundo semestre del 2005 se logra la oportunidad de ser finalistas, algo que fue histórico para la ciudad. Eso, claramente, debido también a la continuidad del proyecto y de jugadores que llegaron a sumar, precisamente, porque cada uno quería hacer la diferencia y teníamos deseo, teníamos ambición, eso nos permitió poder avanzar hasta donde más pudimos. El hecho de sufrir con un equipo como el que nosotros teníamos era apenas normal, porque, claramente, es un equipo con menos historia, con menos trayectoria que los rivales que tuvimos que enfrentar como Santa Fe, como Medellín. Al final, creo que con las herramientas que teníamos logramos dar la pelea. Más allá del resultado, intentamos, el Deportivo Cali es una institución con mucha historia, seguramente, con más herramientas que las que nosotros teníamos en ese momento, y terminamos haciéndole honor a la campaña y a los esfuerzos que se habían realizado antes”, recordó Carlos Valdés, referente del club en esos años.

Después de conseguir el subcampeonato, Real Cartagena haría una seguidilla de campañas decepcionantes, que lo llevarían a sufrir el tercer descenso de su historia. Dos años después de estar jugando el título de liga, el 4 de noviembre de 2007, tras empatar en casa con Once Caldas, volvería a la B. Ese sería el fin definitivo del ciclo del ‘profe’ Hernán Darío Herrera, haciendo que para el próximo año que jugarían en la segunda división, el mando le quedara al que para ese entonces era asistente técnico, y se convertiría en una de las figuras más reconocidas del club, el cartagenero Hubert Bodhert.

Un nuevo ciclo

Ya se tenía pensado que Bodhert fuera el nuevo entrenador del equipo, pues hace unos años atrás había dirigido al que en ese entonces era el otro equipo de ciudad, Expreso Rojo, manejando a los jugadores y con un convenio entre clubes cartageneros, se iban pasando a los más talentosos a Real Cartagena. El ‘míster’ se uniría directamente con los heroicos desde el 2006, para que fuera el asistente técnico mientras ganaba más experiencia antes de tomar todo el liderato, pero debido al descenso repentino del club en 2007, le darían el cargo de ‘DT’ antes de lo esperado.

Ese primer año como entrenador del conjunto auriverde fue sin precedentes, gracias a que estuvo administrando las canteras de Expreso Rojo, conocía a gran parte del plantel del equipo que iba a formar. A base de una gran parte de jugadores cartageneros, Bodhert llevó al equipo a lo que sería su paso más rápido por segunda división, haciendo una campaña casi perfecta en el segundo semestre, quedando primeros en el todos contra todos, seguido de liderar su cuadrangular con 4 victorias, un empate y tan solo una derrota. Con esto, se clasificaría a la final para luchar por el ascenso.

No pudieron cerrar el año de otra manera, para hacerle honor a su campaña, que ganando dos finales consecutivas, la primera frente a Valledupar con un global de 3-2, y la segunda en busca del ascenso contra Deportivo Rionegro, siendo clave el 3-0 conseguido en casa para sellar el tercer ascenso de su historia, tras vencer con un total de 4-2.

Después de esa campaña, se mantendría el proceso de Bodhert por 3 años más, en las que harían campañas rescatables. En el primer semestre 2009, consiguió el objetivo de no descender al terminar en la 10ma posición con 25 puntos en 18 partidos. Muchos hinchas se ilusionaron cuando para el final del año el equipo se clasificó por segunda vez en su historia por la pelea de ‘la estrella de navidad’, pensando quizás que se daría la revancha de haber perdido el título cuatro años atrás. No obstante, la presentación fue mucho más discreta al quedar coleros de su grupo con tan solo 4 unidades y estando eliminados desde la cuarta jornada. Aun así, el saber que estarían otro año más en primera, alegraba el corazón de los fanáticos.

Los siguientes años serían menos notables, con campañas en las que no peleaban el título, pero daban pequeñas alegrías a la afición, cuando le “dañaron” el camino a algún equipo que buscaba clasificar. Incluso, durante ese lapso, debido a que el Unión Magdalena se encontraba en la B, Real Cartagena sería el reemplazante en el ‘clásico costeño’ frente al Junior de Barranquilla, donde tendrían siempre grandes mano a mano, dejando partidazos para el disfrute de todos los hinchas.

Esto perduró así hasta el 2011, cuando Bodhert sale del club para hacer unas capacitaciones en Brasil y Argentina con el objetivo de madurar profesionalmente. En su reemplazo llegaría el argentino Mario Vanemerak, que daría inicio a uno de los peores años en la historia del club.

10 años y contando

Cuesta creer que ya han pasado más de 3.600 días desde la última vez que el equipo jugó en primera división. Una década ya y la situación es poco alentadora, lo primero que piensan algunos seguidores al escuchar que van 10 años en la B es: ‘Y los que faltan’. En un principio, la situación se veía compleja, pero en aquel año 2013 aún se confiaba en que Real Cartagena volviera a la A, y así dar un espectáculo al que la gente estaba acostumbrada. A pesar de que en el primer semestre no logran clasificar, se mantiene la esperanza, históricamente al club le ha ido mejor en la segunda mitad del año. Siguiendo lo esperado, logran clasificar en el clausura, siendo terceros de la tabla, no obstante, su grupo sería muy apretado y terminarían coleros con 7 puntos, estando a 3 del líder.

La ilusión auriverde era algo que no se iba a ir tan fácilmente, sin embargo, los heroicos en el 2014 quedarían eliminados antes de lo esperado en ambos semestres, al no clasificar a ‘los 8′ en ninguno de los 2 campeonatos. Luego de esto, sucedería algo que dejó atónita a toda la hinchada, la Dimayor anunciaría que para el año 2015 se ampliarían los equipos de primera división de 18 a 20, entonces los 8 ‘Equipos Tradicionales’ que estaban en la B se dividirían en cuadrangulares donde en plaza neutral se enfrentarían en tres fechas, y el primero de cada grupo volvería a la dicha de la A. Muy diferente a lo esperado, Real Cartagena quedaría eliminado después de perder los dos primeros partidos, incluso se decidió por parte de los organizadores que no era necesario jugar la última fecha, pues su rival también estaba sin posibilidades de ganar el grupo.

Luego vendrían dos temporadas muy parecidas, en las que el club clasificó de forma contundente a los cuadrangulares, y con el cambio que decía que ya no ascendía solo un equipo directamente, sino que lo harían dos, la hinchada se ilusionó con conseguir el objetivo. No obstante, el equipo se pinchaba en esas rondas finales, donde iba a la última fecha sin oportunidad de clasificar. Entonces fue cuando la gente se empezó a cuestionar por qué siempre que el club se encontraba en su mejor nivel, luego decaían inexplicablemente, decesos que se notaron incluso en las temporadas siguientes. Este ciclo se ha repetido hasta la fecha en un total de cuatro ocasiones.

Durante esos años, se iba notando el problema administrativo que tenía el club. Entre 2015 y 2017, en un lapso exacto de dos años con tres meses, habría siete cambios de técnico, donde figuran dos pasos de Hubert Bodhert. “Veía que había un afán, un desespero por conseguir resultados, entonces lo que hacían era cambiar y cambiar entrenadores. No se lograba consolidar un proceso, y bueno, creo que esa prisa y la ruptura rápida de los ciclos es lo que al final no permitió que el equipo pudiera ascender”, comentó el cartagenero, actual entrenador de Alianza Petrolera.

¿Culpables?, realmente no se sabe con certeza, pero es común escuchar por parte de los fanáticos que los directivos son los que no quieren que el equipo ascienda, ya sea desde la llegada de Colombiagol como mayores accionistas, en lugar de la familia Rendón, a finales de 2020, cuya intención solo parece ser vender jugadores jóvenes en lugar de ascender; o desde que se supo en 2017 que el Real Cartagena seguía recibiendo bonos televisivos iguales a los equipos de la A, recibiendo lo mismo que conjuntos como Nacional, Millonarios o el Junior, por transmisión a pesar de llevar varios años en la B.

Una de las figuras emblemáticas del deporte en la ciudad, como lo es Eugenio Baena, piensa igual. “La culpa es totalmente de los directivos, no culpo a los jugadores porque ellos son víctimas de la situación que ellos viven, si a ti no te pagan tú no puedes jugar bien. Si tienes problemas en tu casa no puedes jugar bien. Todo eso influye, eso es lo que ha pasado, ese es el común denominador de todos los años con el Real Cartagena. Los directivos tienen acabado al equipo. La mejor campaña que hemos tenido fue en 2005, cuando había un triunvirato de cartageneros invirtiendo en el equipo que trabajaban por complacer a la ciudad y no por negocio, con Turbay, ‘frijolito’ Vélez y Augusto Pineda, a no ser que se repita algo así, no ascendemos por ahora”, expresó el periodista.

Desde dentro del club comprenden la situación: “Es entendible lo de la afición, está molesta por tantos años, porque la verdad ya van muchos años, pero téngalo por seguro que lo que más quieren ascender somos nosotros en el club, porque es el anhelo que tenemos. La única forma de recuperar la relación con la hinchada es subir a la A, porque la gente está cansada de tanto tiempo en la B. Se pueden jugar cuadrangulares, o clasificar a la final, pero si no se queda campeón, vuelve otro año más en la B, quizás juguemos bien, pero si no ganamos en esos tramos, no subimos”, explicó Óscar Passo, que hace unos meses fue director técnico del club y, actualmente, es el encargado de dirigir las divisiones inferiores.

Año tras año, la gente se cansa de ver siempre lo mismo. Cada vez que Real Cartagena sube alguna publicación en sus redes, en su mayoría recibe reacciones de enojo o de burla, comentarios que insultan a los directivos o piden su renuncia, tanto así que el club a veces opta por desactivar los comentarios. En esta montaña rusa de emociones, donde solo en 2 ocasiones, de 16, estuvo a 90 minutos de jugar una final nuevamente, deja un mal sabor de boca. Con el más reciente fracaso en la actual campaña en la que quedó en el puesto 14, la afición deja de creer, muchos no piensan ir más al estadio, y saber que el próximo año, el onceavo seguido en segunda, seguiremos sin estar en la A, deja un sentimiento de decepción y tristeza en la hinchada auriverde.

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