Arabia Saudita, segunda parada del Campeonato Mundial de Fórmula 1. Luego del triunfo de Ferrari en Baréin, con Charles Leclerc a la cabeza y Carlos Sainz llegando segundo, Yeda recibía la segunda carrera del año para que los autos rojos ratificaran, Red Bull resurgiera y Mercedes demostrara si está o no para pelear.
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Luego de tres sesiones de prácticas, todo parecía supeditado una vez más a Ferrari y Red Bull. Siempre que Max Verstappen hacía un gran tiempo, Leclerc respondía superándolo. Algo que nos dejaba la boca abierta de cara a la prueba de clasificación.
Allí, la primera campanada la dio Lewis Hamilton. El siete veces campeón del mundo nunca pudo encontrar el ritmo en su Mercedes y terminó sin avanzar de la Qualy 1. Por primera vez en cinco años, el británico fallaba en su intento por estar al menos en Q2, sabiendo que este año no tiene la hegemonía que supo tener por casi una década.
Luego, un choque que impactó al mundo entero. Mick Schumacher se golpeó con su Haas y la sesión estuvo detenida durante casi una hora, mientras intentaban limpiar la pista. Cuando se reanudó, los favoritos pasaron a la definición, no así los McLaren, quienes quedaron eliminados prematuramente.
Ya en la Q3 nadie podía guardarse nada. Ferrari estaba muy fuerte y parecía que Red Bull estaba un pasito atrás del Cabalino Rampante. Pero en el último metro, no fue así. Aunque Leclerc hizo un tiempazo que parecía insuperable, el mexicano Sergio Pérez le robó la pole por 25 milésimas y largará primero en Arabia.
Detrás del azteca saldrán los Ferrari de Leclerc y Sainz, mientras que Max Verstappen largará en la cuarta posición. Se espera una carrera accidentada, pero en la que la victoria parece apartada para Ferrari o Red Bull.