El mundo mira hacia Madrid. Incluso al que no le gusta demasiado el fútbol estará pendiente de lo que ocurra este miércoles en el estadio Santiago Bernabéu, cuando Real Madrid reciba al París Saint-Germain, en lo que será un anticipo de la gran final. De manera inexorable, uno de los dos titanes quedará eliminado de manera prematura, siendo el equipo francés quien cuenta con una ventaja.
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Hace tres semanas, fue el PSG quien pegó primero. Le costó hasta el final, eso sí, con un solitario gol de Kylian Mbappé en tiempo de descuento, venciendo al inexpugnable Thibaut Courtois, quien antes le atajó un penalti a Lionel Messi. Sin embargo, ahora es otra historia.
Aunque la supremacía del PSG fue evidente en la ida, los parisinos no se fían. Por eso sudaron frío cuando en el entrenamiento Mbappé sufrió un pisotón de Idrissa Gana Gueye, que pudo haberlo marginado del partido de sus sueños. No obstante, ‘Kiki’ se recuperó bien y estará desde el vamos.
Pese a la precaución, es cierto que el Real Madrid está diezmado de cara a este partido. Las ausencias de Casemiro y Benjamin Mendy, ambos sancionados por acumulación de tarjetas amarillas, se suma a la duda suscitada por Toni Kroos, quien si llega lo hará entre algodones. Carlo Ancelotti lo puso en la convocatoria, pero algunos creen que es solo por cumplir.
Mientras tanto, en el PSG todo son certezas, salvo el rendimiento. El conjunto parisino viene de caer como visitante, en Niza, lo que se suma a otra derrota reciente ante el Nantes. Aún así, Mauricio Pochettino recupera a Neymar, quien ya está en óptimas condiciones; y a Leandro Paredes, argentino quien sufrió un golpe días atrás.
En esta nueva edición, el gol de visitante no tendrá valor doble, en caso de empate. Una noticia que le da mayor esperanza al Real Madrid, equipo que solo debe ganar para al menos forzar la prórroga. No obstante, si gana por dos, avanzará directamente, algo que el PSG intentará evitar a toda costa.