Se pedían sanciones y las sanciones llegaron. Luego de la barbarie que se vivió en el estadio La Corregidora de Querétaro, durante el partido entre Gallos Blancos y Atlas, la Federación Mexicana de Fútbol se juntó con los dueños de los equipos de la Primera División y decretaron las sanciones para el club local.
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La más fuerte de todas fue la obligación de jugar a puerta cerrada en condición de local, durante un año. Aunque muchos pedían la desafiliación de la Primera División del fútbol mexicano, al final esto no tuvo quórum y Gallos Blancos mantendrá su ficha en la Liga MX.
No obstante, Querétaro deberá reasignar sus derechos de afiliación a nuevos dueños, antes de que culmine el 2022. Asimismo, los dirigentes del club quedaron inhabilitados por cinco años de cualquier cargo deportivo en el organigrama del fútbol mexicano.
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Por último, pero no menos importante, se castigó con tres años por fuera de las canchas a la barra de Gallos Blancos de Querétaro, llamada en México la ‘porra de animación’. Por su parte, los implicados en la gresca del pasado sábado tienen veto de por vida a todas las canchas del fútbol azteca. De momento, se registran diez detenidos.
