La situación entre Rusia y Ucrania afecta a todas las esferas del mundo. El fútbol no es ajeno a ello, sobre todo los equipos con capitales rusos, que comenzarían a verse afectados por las sanciones al país que preside Vladimir Putin.
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Entre esos equipos, el faro es el Chelsea. Propiedad de Roman Abramovich desde 2003, el equipo de Londres fue el primer club de fútbol que se transformó en hiper millonario con petrodólares, pero ahora está en el ojo del huracán.
La amistad y los lazos del dueño del equipo con Putin hacen que Abramovich sea el objetivo y, de paso, el Chelsea. En medio de la pedida de expulsión del dueño del Reino Unido, así como el congelamiento de capitales del equipo londinense, el conjunto que dirige Thomas Tüchel tiene que disputar la final de la Carabao Cup ante el Liverpool, este domingo en Wembley.
Por eso, el DT alemán se notó muy preocupado. Siente que todas las críticas hacia el Chelsea, por su pertenencia rusa, los tiene desenfocados antes de medirse a los de Anfield. No obstante, ante un panorama de guerra como el que se está viviendo, Tüchel dice comprender la distracción.
“No podemos separarnos completamente de esto. Hasta cierto punto, puedo comprender las opiniones críticas hacia el club, hacia quién representa este club. Sentimos que esto es horrible, y no puede haber duda de ello. La guerra era impensable para mí. Está nublando nuestra mente y nuestro entusiasmo de cara a la final”, manifestó Tüchel.
De momento, pese a los pedidos de expulsión, Reino Unido todavía no toma decisiones definitivas contra Roman Abramovich. Eso sí, una vez se produjo la invasión de Rusia a Ucrania, suenan campanas de venta del equipo azul a la brevedad.
