En Montevideo se habló portugués. Palmeiras y Flamengo, los dos mejores equipos del año en nuestro continente disputaron la gloria eterna, en el estadio Centenario. Duelo de estilos bien marcados, en una final que tuvo un marco impresionante, con mayoría de afición del conjunto carioca.
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Presionados por el aliento de su gente, a Flamengo le pesaron los primeros minutos. Aunque tenían la posesión, su fútbol era lento y predecible, por lo que Palmeiras no sufría sobresaltos. De hecho, con su juego de contragolpe comenzaron a llevar peligro y así llegó el primer gol.
Por derecha, Mayke aceleró y centró atrás para que Raphael Veiga definiera de primera, al primer palo de Diego Alves. En solo seis minutos, Palmeiras pegaba primero y repetía título en la Copa Libertadores, pero faltaba mucho en la soleada tarde de Uruguay.
Flamengo no se hallaba. La afición se la tomaba con Filipe Luis, quien parecía no estar a la altura. Minutos más tarde abandonó el terreno de juego, acusando alguna lesión. Aún así, el Fla no capitalizaba el dominio del balón en situaciones de gol y debió conformarse con perder por poco en la primera mitad.
Ya en el segundo tiempo apareció otro Flamengo. El equipo de Renato Gaúcho comenzó a mover más rápido el balón y a merecer el empate, ante un Palmeiras con el traje que mejor se le da: contragolpe. Solo era cuestión de un acierto, que no aparecía.
Y ese acierto fue de Giorgian De Arrascaeta, local en Montevideo. El charrúa habilitó a Gabigol por izquierda, en una combinación que terminó con un zurdazo del goleador, sorprendiendo a Weverton y empatando el juego. Era el momento de Flamengo, pero no pudo liquidarlo en los 90′ y nos fuimos al alargue.
Hasta ese momento, era un partidazo. Cada uno con sus armas y estrategias, pero nos estaban dando un enorme partido. El tiempo suplementario no podía quedar a deber, menos cuando el recién ingresado Deyverson le robó una pelota a Andreas Pereira y se fue de cara al arco, liquidando ante Diego Alves. Ventaja una vez más de Palmeiras.
Flamengo lo intentó por cielo y tierra, pero no fue capaz de empatarlo. Las piernas ya no daban más y al final, Néstor Pitana dijo final y otra vez Palmeiras se coronó campeón de América. Gustará o no, pero es el equipo que superó a todos y consiguió su tercera Copa Libertadores de la historia.