¡Las mil y una angustias! En la fiesta del Real, se llevó un susto del Shakhtar

Los merengues asistieron a una fiesta, pero que no se les convirtiera en una catástrofe. Más allá de jugarse la clasificación ante el Shakhtar Donetsk, en el grupo D de la Champions League, la consigna del Real Madrid y su gente era marcar el gol 1.000 de su historia en la Copa de Campeones de Europa, un hito que ningún otro club alcanzó.

Por eso, el Madrid salió con hambre. Presión alta, mucha actitud ofensiva, todo válido para conseguir el anhelado gol. Y así llegó el tanto. La presión de Vinícius Junior surtió efecto de inmediato, robándole la pelota a la defensa ucraniana y asistiendo a Karim Benzema para el gol 1.000. Fiesta redonda en la Casa Blanca.

Sin embargo, después de ese gol, el Real Madrid desapareció. Los delanteros no volvieron a aparecer. Los volantes perdieron el control del juego y los defensas tuvieron dolores de cabeza, ante un Shakhtar atrevido. En el mejor de la cancha se transformó Thibaut Courtois, quien atajó todos los remates de los de Donetsk, salvo aquel a quemarropa de Fernando, que empató el juego.

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Real Madrid la pasó mal ante un equipo que ya le había ganado la temporada anterior. Salvo por su portero, la derrota se olía en el césped del Bernabéu. Pero la riqueza técnica merengue en cualquier momento lo salva de apuros y así, de la nada, llegó el 2-1 en una jugada exquisita.

Entre Casemiro, Vinicius Jr. y Benzema armaron una jugada al primer toque y adelantaron a los merengues, que estaban para perderlo. La ventaja no mejoró al equipo de Carlo Ancelotti, que terminó junto a sus hinchas pidiendo la hora, que al final llegó. Sí, en las fiestas también se sufre.