“Mi sueño era vivir en España, aunque fuese un ratito”, dijo este martes la poeta colombiana Piedad Bonnett, un sueño de juventud que ahora recuerda gracias a su estancia en la Residencia de Estudiantes de Madrid, un lugar de encuentro para la cultura internacional que ofrece estancias temporales a escritores latinoamericanos.
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Bonnett (Amalfi, Antioquía, 1951) participó hoy en un desayuno en ese centro, donde durante un periodo de tiempo tendrá la oportunidad de dar a conocer su obra en España y de establecer lazos con otros escritores.
“Muchas gracias a la invitación que me han hecho aquí, yo creo que para un poeta es un sueño”, reiteró la colombiana feliz de estar en España, un país por el que siempre se ha visto influida.
Su interés por la literatura española lo recibió de su madre, maestra retirada, y llegó a su punto álgido cuando descubrió a Antonio Machado, del que destaca “el gran valor de la sencillez”.
Gracias al programa “Poeta en Residencia”, Bonnett participará en Madrid en dos talleres de poesía, --estos jueves y viernes--, además de compartir lectura de poemas y conversación, el 3 de marzo, con el poeta español Luis Muñoz, al que “admira mucho”.
La colombiana, licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de los Andes, ha publicado ocho poemarios, cinco novelas y varias antologías, que le han valido premios como el Nacional de Poesía de Colombia, el Premio Casa de América de Poesía en Madrid, el Víctor Sandoval, o el Premio Generación del 27 en Málaga.
Una de sus obras más reconocidas es “Lo que no tiene nombre”, un testimonio sobre la muerte de su hijo.
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Ante los medios presentes en el desayuno, Bonnett aseguró que con ese libro hundió “el dedo en una llaga social”, al subrayar la importancia de hablar y de desestigmatizar un “problema que nos concierne a todos los seres humanos”: el suicidio.
También mostró su alegría por el estrechamiento de los lazos entre españoles y latinoamericanos en los últimos años, así como “el interés que ha ido creciendo paulatinamente en España por la literatura latinoamericana”.
“Cuando llegué hace 30 años existía un gran desinterés por los latinos, que hoy en día ya no ocurre” concluyó agradecida.
EFE