Si hay algo que identifica a Colombia es su gastronomía y la gran variedad de productos provenientes del campo, los cuales permiten no solo preparar deliciosos platos típicos, sino que se convierten en una fuente rica en vitaminas y minerales importantes para la alimentación humana.
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La yuca y el ñame son dos productos relevantes para la agricultura colombiana que juegan un papel fundamental en la dieta alimenticia de muchas personas en diversas regiones del país. ¿Cuáles son sus beneficios y por qué incluirlas dentro de nuestro consumo diario? Les contamos sus características principales.
¡Que nunca falte la yuca!
Si el olor a pan de bono recién hecho, el exquisito sabor de los buñuelos decembrinos, las tortas o los purés le hacen agua la boca de solo pensar en ellos, es porque la yuca hace parte de sus favoritas.
La diversidad de sus mercados y usos finales la han vuelto una de las bases de la alimentación para población rural y una gran alternativa de comercialización en centro urbanos. Aunque es un cultivo originario de América Latina, donde se viene cultivando desde épocas prehistóricas, en Colombia es un ingrediente fundamental de productos que consumimos a diario.
Sus posibilidades culinarias son bastante extensas, van desde rosquitas, carimañolas, panderos, yabolines, bollo de yuca, casabe e incluso, son usados para la preparación de comidas típicas como sancochos y ajiacos.
En Colombia, el principal producto derivado del cultivo de yuca es la raíz en fresco para el consumo humano directo, aunque uno de sus retos es la vida útil que tiene, pues debe ser consumida o transformada dentro de las primeras 48 horas después de la cosecha o de lo contrario, se debe encerar con parafina o procesarla para su venta en versiones congeladas o precocidas.
La yuca también viene en diferentes variedades para su consumo. Por un lado, están las dulces, provenientes principalmente de Bolívar, Meta, Quindío, Antioquia, y Santanderes, que contienen niveles bajos de glucósidos y pueden ingerirse de forma segura. Por otro lado, están las amargas, cuyo trato para el consumo humano es más complejo y debe ser usada para procesos industriales.
¡El ñame es tronco de alimento!
Escuchar la palabra ñame nos transporta directamente a la región Caribe colombiana, donde es considerado como un producto de consumo tradicional a diferencia del interior del país.
Sin embargo, si usted no vive en la costa y le ofrecen un ñame, no dude en consumirlo, pues se está cargando de una buena fuente de proteína y energía. Este producto, también conocido como dioscórea es rico en vitaminas del grupo B y en minerales como el potasio, fósforo, magnesio, hierro y zinc.
¿Y eso tan bueno con qué se come? Sencillo, se puede usar como entrada o componentes de platos fuertes tales como caldos o cocidos, potajes, sopas, purés, cremas, croquetas y chips. Sus preparaciones van desde lo salado hasta lo dulce, comenzando por el tradicional mote de queso pasando por el dulce de ñame, usado especialmente en época de Semana Santa.
El ñame tiene su ciencia y entre las recomendaciones que debe tener este tubérculo para ser comercializado en el mercado externo es que sea pequeño, de peso entre una y cinco libras, que no se encuentre mal formado ni maltratado y que cuente con la certificación de estar libre de enfermedades como antracnosis.