Durante las últimas décadas, los hábitos de salud comenzaron a cambiar y ahora existe una mayor preocupación por hacer ejercicio, tener mejores rutinas alimenticias y fortalecer el sistema inmunológico.
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El cuerpo humano está conformado por millones de células que cumplen tareas específicas, entre ellas funcionar como barrera para protegernos y defendernos de la presencia de virus, gérmenes y bacterias. De ahí su importancia por mantenerlas fuertes y activas dentro de nuestro organismo.
¿Cómo aumentar las defensas del cuerpo?
En los buenos hábitos está el secreto para lograrlo y prevenir enfermedades es posible solo con incluir acciones básicas dentro de nuestro día a día. Por ejemplo, mantener una hidratación adecuada permitirá que el cuerpo funcione de manera correcta. ¿Sabía que el agua es uno de los componentes más importantes para nuestro organismo? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) ayuda a regular la temperatura corporal, lubrica las articulaciones y mantiene una buena digestión.
Por otro lado, hacer ejercicio no solo trae beneficios para la salud física y mental, también activa la circulación del organismo e incrementa la temperatura corporal, ayudando a prevenir posibles infecciones.
Aunque cuidar las horas de descanso y tener una rutina óptima de sueño también es importante para subir nuestras defensas, una de las claves para cuidar el sistema inmune está en los alimentos que consumimos, pues muchos de ellos incluyen vitaminas y minerales que contribuyen al correcto funcionamiento del organismo.
Muchas veces hemos escuchado la frase: “eres lo que comes”, la cual resulta terminando cierta si lo vemos desde el punto de vista de la capacidad que tiene el organismo de prevenir infecciones a partir de los nutrientes que se encuentran disponibles en el cuerpo humano.
Sin embargo según la OMS, ningún alimento puede prevenir ni curar un virus, pero sí se vuelve vital en el funcionamiento del sistema inmunitario.
¿Qué alimentos consumir?
- Incluya dentro de su alimentación diaria cereales integrales, arroz, trigo y maíz; legumbres como lentejas o fríjoles, verduras y frutas frescas en abundancia. No olvide complementar con alimentos como carnes, huevos o leche.
- Incorpore en su dieta productos lácteos que son una fuente rica en calcio, vitaminas A, D y complejo B, además de minerales que ayudan al fortalecimiento de huesos y los dientes.
- En la medida de lo posible elija cereales integrales no procesados como maíz, avena, trigo o arroz, los cuales son ricos en fibra y ayudarán a proporcionar una sensación de saciedad más duradera.
- En la medida de lo posible elija cereales integrales no procesados como maíz, avena, trigo o arroz, los cuales son ricos en fibra y ayudarán a proporcionar una sensación de saciedad más duradera.
- Evite los alimentos procesados, fritos y productos de panificación industrial, pues contienen grasas trans de producción industrial que no son recomendadas para el organismo.
- Consuma preferiblemente aves y pescado, pues la dependiendo del tipo contienen menos grasa que la carne de cerdo, cordero o ternera en porciones del mismo tamaño. En lo posible limite el consumo de carnes procesadas.
- Reemplace productos como pasteles, galletas o chocolates por frutas frescas.