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A 22 años de su muerte, Pablo Escobar sigue siendo una figura muy polémica en las calles de Medellín. Sus rastros todavía se ven en muchas partes de la ciudad en la que construyó su imperio del crimen, y en la que fue abatido el 2 de diciembre de 1993.
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Varias empresas ofrecen «tours» para que los visitantes, en su mayoría provenientes de Europa y Estados Unidos, vean algunos de los lugares emblemáticos de la vida del capo en Medellín, como el Edificio Mónaco y la casa en Laureles donde murió.
Su rastro también se siente en el barrio que construyó en la ladera de la comuna centrooriental, en inmediaciones del Seminario Mayor de Loreto. El barrio Pablo Escobar, construido en 1983, es un lugar donde el altar al Sagrado Niño Jesús de Atocha cha está decorado con su nombre.
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Y claramente se muestra en el actual Parque Temático Hacienda Nápoles, en inmediaciones de Doradal, que el narcotraficante construyó como centro de su poder. Incluso, la población está asediada por los hipopótamos que el capo compró para su disfrute y que se multiplicaron en el valle del Magdalena Medio.
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Incluso aparece en el exclusivo cementerio Jardines de Montesacro de Itagüí, donde reposa el capo y a donde cientos de personas acudieron a rendirle tributo en este día, incluido su lugarteniente «Popeye».
Así se ve hoy la tumba de Pablo Escobar
En esta galería le ofrecemos un recorrido por estos lugares emblemáticos, retratados por Google Street View. Para ver las imágenes, abra la galería en la parte superior del artículo, con el botón «expandir».