Dos motociclistas vivieron un infierno. Uno de ellos por el accidente que sufrió en la carretera y el otro por no encontrar a su amigo. Cuando el chofer de la moto de adelante vio que no venía su amigo tras él, retrocedió para buscarlo. Luego de un tiempo de no encontrarlo comenzó a decir “Dios, tranquilo, tranquilo, relájate” ya que no encontraba a su amigo. Después de buscar dio con su paradero y de milagro el amigo no sufrió graves heridas.
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