Así lo demuestra una investigación de Southern Methodist University de Dallas, que por cuatro años observó a 150 parejas y se analizó las posibles razones por las que algunas parejas aumentan de peso y otras no. La conclusión fue que las parejas felices y satisfechas ganan unos cuantos kilos de peso en comparación con aquellas donde no reina la tranquilidad y la armonía.
De tal forma que los divorciados pierden el peso que ganaron durante los momentos felices. Según los investigadores, esta tendencia de ganar peso cuando tienes un matrimonio estable y feliz se debe a que no se preocupan tanto por lo estético, porque saben que le gustan a su pareja no solo por el exterior.
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