El portafolio de Chevrolet en Colombia se completa en la gama de subcompactos con la llegada del Chevrolet Onix Sedán. El vehículo entra a uno de los segmentos más críticos del mercado. Tiene unos antecedentes poderosos, con plataformas de renombre y corbatines al frente. Los fanáticos de la marca estadounidense recuerdan con cariño los Corsa, Esteem y Swift que hicieron furor en la gama familiar.
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Pero el antecedente más importante, sin duda, es el de su propio desempeño en la región. En otros mercados se lo conoce como Chevrolet Prisma, recuperando un nombre que antes tuvo el Corsa sedán. El Onix y Prisma son los vehículos más vendidos de la region. En Colombia tiene un competidor de manufactura local: el Sail hecho en la planta de Colmotores.
Aún así, su plataforma apunta a un objetivo totalmente diferente. Mientras el Sail es un vehículo de entrada neto, el Onix plantea mucha más tecnología y comodidad. No es un vehículo totalmente nuevo, pues en Brasil se produce desde 2013 y acá ya se han visto tanto el Onix hatchback como el crossover Activ. Pero en la llegada a Colombia del Chevrolet Onix Sedán, GM Sudamérica Oeste se la ha jugado por romper el mercado.
El perfil del vehículo no es el más agraciado. Comparte las cuatro puertas laterales, además del evidente frontal con sus hermanos hatchback y Activ, así como un frente con un conjunto óptico relativamente bajo. Pareciera, básicamente, que el baúl fue «pegado» a la carrocería del hatchback, con lo que el vehículo se ve algo tosco.
A pesar de esto, la amplitud del baúl está fuera de concurso. Con 500 litros de capacidad, es más que suficiente para cualquier familia. Además, la penetración aerodinámica de esta plataforma le ofrece un excelente desempeño de ahorro de combustible. La longitud inferior a 4.3 metros y las amplias superficies vidriadas lo hacen cómodo de parquear, sobre todo con la cámara de reversa.
En el interior, las sillas en imitación cuero y el tablero digital favorecen una posición de manejo cómoda. La profusión de materiales en plástico negro es esperada en un vehículo de esta gama. Lo que no es esperado, en muchas ocasiones, es la pantalla de 7 pulgadas con el sistema MyLink.
Paciencia…
El Chevrolet Onix Sedán tiene el mismo motor de sus hermanos. Con 1.4 litros de capacidad y 98 caballos de potencia, no es una pieza descrestante. Sí lo es para la gama la transmisión automática de 6 velocidades con modo secuencial. La misma caja equipa a la Chevrolet Tracker. Puede encontrarse también con transmisión mecánica.
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PUBLIMETRO probó la versión automática que, aunque ofrece comodidad, castiga muchísimo la respuesta rápida. La caja es lenta y está programada para cambiar de marcha a muy bajas revoluciones, para reducir el consumo de combustible. Esto hace que en maniobras rápidas se pierda la reacción del motor.
La respuesta que notamos denota que la transmisión manual puede ofrecer mejores condiciones. También lo haría un modo de selección secuencial más eficiente que un botón en la propia palanca. Aunque el consumo de combustible es positivo, la necesidad de hundir el pie para que el vehículo se mueva lo resiente sensiblemente.
Por otro lado, el chasis se siente muy seguro para una aplicación entusiasta y una mejora de las capacidades. Gira bien, frena muy bien y la suspensión, aunque rebota demasiado ante obstáculos como huecos, absorbe bien otras irregularidades más suaves. No es un sedán deportivo, ni mucho menos, pero está más enfocado al confort.
Todo por la tecnología
Como parte del trabajo de desarrollo del Chevrolet Onix Sedán se dio en un enfoque netamente tecnológico y de comodidad. Así, es de serie el sistema MyLink, con vínculos a Android Auto y Apple CarPlay.
También tiene el sistema ChevyStar opcional, que permite controlar sistemas como la apertura remota desde el celular, o los tiempos de reparación. En esto, la marca del corbatín se la juega toda. En comodidad se cuenta control de crucero en la versión automática,
No lo hace tanto en elementos de seguridad, donde este vehículo viene con lo mínimo exigido. Dos airbags, ABS y una carrocería reforzada lo llevaron a tres estrellas en las pruebas Latin NCAP. Otros mecanismos para evitar incidentes, como la cámara de reversa de fábrica, también están disponibles.
Todo esto, en síntesis, da un vehículo un poco más ágil y cómodo, tecnológicamente avanzado para quien quiere un automóvil familiar y el innegable respaldo de GM. Además, tiene la ventaja de no tener que recurrir al segmento de entrada, porque el Sail sigue para ese sector.
El Chevrolet Onix Sedán inicia desde 44.5 millones de pesos, pero con su nivel de tecnología es un duro rival para las versiones más equipadas del Renault Logan o el Fiat Cronos. Otras opciones en el segmento como el Kia Rio, el Ford Fiesta o el Mazda 2 no tienen tanto espacio. No es una posición fácil, pero la marca del corbatín tiene un ingrediente muy fuerte por delante.
Ficha técnica
Vehículo en prueba: Chevrolet Onix Sedán LTZ AT 2019
Motor: 1.4 litros, 98 caballos de potencia
Transmisión: Automática de 6 velocidades con modo secuencial
Tracción: A las ruedas delanteras
Precio: desde $44’500.000. En prueba: $51’990.000.